¡Hola a todos! Y acá finalmente el epílogo jejeje
Es el final opcional para los que querían algo diferente al anterior jeje.
Pero si les gusta como quedó en tragedia, quédense solo con el anterior jeje.
No olviden comentar y votar.
Besos y abrazos y gracias a todos por leer.
Rhaenyra había caído en un abismo oscuro, aislada en la Fortaleza Roja, donde la soledad y la desesperación la habían consumido. Su cuerpo no resistió más, y en el silencio de la noche, su corazón se detuvo. Ella estaba literalmente muerta cuando Daemon llegó a su lado, habiendo sentido en lo más profundo de su ser que algo terrible había sucedido.
Él le gritó que no le hiciera eso, no ahora que él por fin la había perdonado.
No luego de largos años alejados, en donde él tuvo que recuperarse a si mismo, para poder volver por ella.
No era justo, no era justo que la vida los separara nuevamente.
Él la cargó en sus brazos y le rogó que viviera, pero su cuerpo estaba inerte así que él corrió con ella a través de los pasillos vacíos de la fortaleza. Su mente se nublaba de pánico, pero su instinto lo guiaba.
No permitiría que la muerte se la llevara, no lo había permitido antes, no lo haría ahora.
Llegó al patio del palacio donde había dejado a Caraxes, su fiel dragón que ella le había devuelto cuando lo dejó allí en Marcaderiva.
- Vamos, viejo amigo- gritó Daemon en alto valyrio, colocando con cuidado a Rhaenyra en la silla de montar.
Caraxes emprendió el vuelo, elevándose a toda velocidad hacia la ciudadela de antigua, donde ya había volado junto a su jinete antes, en una situación similar.
El vuelo fue un torbellino de emociones para Daemon, mientras sostenía a Rhaenyra contra su pecho, susurrándole palabras de amor y promesas de un futuro juntos, rogándole que se aferrara a la vida.
- No me dejes Nyra, lucha, por favor, lucha- dijo él con las lágrimas ardiendo en sus ojos.
No era justo, ahora que por fin tenía el valor nuevamente para ir por ella, ahora que por fin su mente era clara y sabía lo que quería, no era justo que ella hubiera partido.
Finalmente, llegaron a Antigua, y Daemon aterrizó apresuradamente en el patio de la ciudadela.
Los maestres acudieron de inmediato, tomándola de sus brazos para intentar lo imposible. Los recuerdos de años atrás lo golpearon con fuerza, cuando había temido perderla luego de que diera a luz a Aegon.
Pero esta vez era diferente; su vida pendía de un hilo mucho más delgado. él lo sabía, ella llevaba mucho tiempo así, y el peligro ahora era inminente.
Daemon observó en silencio, temblando, mientras los maestres trabajaban con todo su conocimiento para reanimar a Rhaenyra. Las horas se hicieron eternas, y cada segundo se sentía como una eternidad. La luz de las velas parpadeaba en la gran sala, y el sonido de sus plegarias llenaba el aire. Finalmente, después de lo que pareció un infinito de desesperación, uno de los maestres levantó la vista con una mezcla de asombro y alivio.
- Su corazón late nuevamente...mi señor- dijo él sin saber si Daemon aún era rey o no, ellos llevaban años sin verse juntos, y la gente no sabía que pensar- Ella está viva, no sé como, pero está viva- dijo el maestre- Pero sigue grave.
Daemon sintió que sus rodillas se debilitaban, pero la fuerza de su amor por ella lo mantuvo en pie. Lágrimas de alivio y alegría inundaron sus ojos mientras miraba el cuerpo frágil de Rhaenyra, aún en peligro, pero viva. "Gracias..." susurró al aire, aunque no estaba seguro de a quién le dirigía esas palabras.
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El oscuro corazón de la reina (Daemyra) (Dark Rhaenyra)
RomanceRhaenyra cede ante la locura cuando ve morir a su madre. Decidida de vengarse de todos por lo sucedido, toma el trono por la fuerza, derroca al rey, y decide tomar a su tío como esposo, ya sea que él lo quiera o no.