Capítulo 23

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Contaba el dinero que había ganado con una sonrisa de oreja a oreja. Les dio unos cuantos billetes a sus amigos para que pudieran dárselos a las chicas del club. Entraron al interior y enseguida una ola de calor, música y locura los envolvió. Alex, especializado en los clubs de la noche, se acercó a un tipo, y con disimulo le pasó un billete de cien dólares. Los llevó hasta un reservado. Youngjae comenzó a agradecérselo al europeo. Jackson le lanzó una mirada de repugnancia, aquello podía haberlo hecho cualquiera con un billete de cien pavos.

No tardaron en venir a ellos cuatro mujeres ligeras de ropa y otras dos bien vestidas con botellas y copas. Las dejaron sobre la mesa y guiñaron un ojo a Alex al marcharse. Este las ignoró y comenzó a servir copas. Jackson veía a Mark de pie desabrochándose un par de botones de la camisa. Podía notar que estaba algo borracho, pero no lo suficiente. Jackson también se puso de pie y fue hasta su lado.

—Si te quitas un solo botón más voy a tener que llevarte a otro lugar. —le susurró al oído.

Mark se giró y le dedicó una pícara sonrisa antes de acercarse a su oído.

—Sigo enfadado, Jackson. —le dijo Mark borrando la sonrisa de su cara. —Estoy borracho, no viejo.

El ceño de Jackson se frunció descontento con su respuesta. Mark señaló con la cabeza a una de las chicas que ya comenzaba a bailar sobre Larry.

—¿Por qué no finges un rato ser hetero con esas chicas? Se te da muy bien. —dijo con ironía en la voz.

—Podría hacerlo, pero no quiero. —respondió Jackson.

Mark se encogió de hombros.

—Tú mismo. —se limitó a decir antes de darle la espalda y miró a su amigo Chris. —¡Eh Chris! —dijo rodeándolo con un brazo los hombros. —¿Jugamos a ser heteros por un día?

Chris que también había bebido lo suficiente, al estar cerca de Mark sintió el calor en su piel.

—No sé si podré. —respondió sin aliento hipnotizado por el cuello de Mark.

Jackson, cerca de ellos, miró la escena con desagrado.

—Deja de mirarme el cuello como un vampiro e imagina que te van las curvas y los tangas. —soltó Mark sin poder evitar darse cuenta.

Chris soltó una risa.

—Los tangas me gustan si los llevas tú. —dijo entonces con voz insinuante.

Jackson dio un paso al frente y miró con cara de pocos amigos a Chris.

—Ya está bien, Chris. —le dijo con voz severa.

El castaño entrecerró los ojos mirando a Jackson con recelo. Apretó a Chris más contra él.

—Oye, si quiere tontear conmigo que lo haga, tú ya no eres nadie para pararle los pies. —le soltó Mark a Jackson.

La paciencia de éste se comenzó a tambalear. Apretó los dientes con rabia y bufó con desagrado.

—¿Y quién dice que esté celoso por ti y no por él?

—Oh, ¿ahora quieres follarte a Chris? —inquirió Mark.

—¿Por qué no? —repuso Jackson. —Tú te tiraste al idiota de Alex.

—Mejor no lo hagas, no vaya a ser que alguien descubra que lo que te van son las pollas. —dijo casi sin dirigir la mirada a Jackson, fingiendo que todo aquello lo traía sin cuidado. —Además, estoy seguro de que Chris me prefiere a mí, al menos no me avergüenzo de lo que soy.

Chris miró a uno y luego a otro, como si de un partido de tenis se tratara.

—Chris, por favor, dile a este idiota quien te gusta de los dos. —le pidió Jackson, estando muy seguro de que él sería su elección.

Sólo tres deseos - 爱 // MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora