Había llegado algo temprano a casa, la universidad había acabado un poco antes de lo acordado ya que un profesor se enfermo, entre a mi casa con tranquilidad y me quite los tacones algo cansada para sentarme en el mueble aun que mi tranquilidad se vio interrumpida por el sonido de la puerta.-A veces los odio personas que tocan la puerta.
Susurro para mi misma y abro la puerta encontrándome con una apurada señora Green la cual intenta mantener su sonrisa y estabilizar su respiración al mismo tiempo.
-Hola, querida, se que tal vez te valla a molestar pidiendote esto, pero, necesito que me ayudes, tengo que ir a algo urgentemente y no puedo ir a ver a mis niños a la escuela, será que los puedes ir a ver tú, te pagaré. -su voz se escuchaba como si en realidad lo necesitará con mucha prisa. -Sabes que sino fuera urgente no te lo pediría..
*Algo confundida asentí con lentitud, otra vez yo metiéndome en una situación complicada por no saber decir que no, pero, oye, me pagaran y no me cae nada mal el dinero.*
-Grandioso, ten, está es la dirección.
Junto a él papel con la dirección estaba al menos cinco billetes de cien dólares, es mucho, pensé, pero, cuando se lo iba a decir ella se había ido, suspire y me volví a poner los tacones para subirme a mi auto e ir por los niños, mi día de comer y relajarme viendo películas se habia esfumado para ser remplazado por jugar con dos pequeños, esa idea no me fascinaba nada, aún que el dinero lo solucionaba un poco. Al llegar me estacione y baje, planche la falda de mi largo vestido y fui hacia la entrada del instituto y me acerque al primero que ví para preguntar por ellos.
-Buen día vengo por... -Carajo, no puede ser que me haya olvidado tan rápido de los nombre de los niños. -
-Aurora! -escuche a la menor que iba seguida por el chico. -Mira nos vino a ver.
-Olvidelo... -Le dije a la señora y me acerque a ellos agachándome a la altura de la menor. -Hola corazón ¿como estás? -Salude con voz dulce para luego mirar al chico que me miraba atento. -Hola, hoy no pudo venir su mamá así que vine yo, espero no les moleste.
Mencioné mientras tomaba la mochila de la pequeña y me ponía en medio para tomar sus manos, pero, mientras que la menor se dejaba gustosa, él la retiraba rápido mirándome....no en realidad no sabía que sentía, era como un papel en blanco ¿Acaso no gesticulaba nunca?
Cuando llegamos a la casa de ellos el pelinegro abrió la puerta de su enorme casa, debo admitir que era más linda por dentro que por fuera.
-Listo, princesa, necesitas que te ayude a cambiar o tú lo puedes hacer sola? -Esperaba que dijera que podía sola por qué era un poco lioso ayudarle a cambiar a un niño. -
-Ella puede sola.
Por primera vez habla el pelinegro como si me hubiera leído la mente, lo cual me sorprende, tenía una linda voz, suave, bastante pasible, ni tan grave ni aguda, me obligó a dejar de pensar tanto y asiente suavemente.
-Prepare algo para que coman, cambiense y laven sus manos por favor.
Pido y sin esperar respuesta recorro la casa hasta llegar a la cocina, dónde en la nevera encuentro lasaña, solo necesita ser calentada, sonrió feliz por no tener que preparar comida y espero tranquila mientras me recargo en el mesón viendo a través del vidrio del microondas la lasaña dar vueltas hasta que centrándome en el reflejo noto al mayor de los hermanos parados atrás de mí haciéndome asustar, que sigiloso era.
-Deberias quitarte eso, se ve que duelen. -menciona y como siempre, no hay rastro de emoción en su mirada, solo que me quiere comer con ella. -
-Estoy bien, aún que a quien engaño, si son algo molestos.
Menciono riendo suavemente y me siento en una de las sillas para poder quitarme estás pesadillas que hacen lucir el pie tan lindo cuando veo a él arrodillarse frente a mi para quitarmelos, lo cual me deja sorprendida y extrañada, lo hace con delicadeza quitando el primer zapato, pero, cuando va hacer lo mismo con el otro quito mi pie con algo de brusquedad.
-No.. -abro mi boca para hablar, pero, me ha dejado sin palabras. -Yo puedo sola, pero, gracias.... Edgar, ese era tú nombre ¿No?
Solo recibí un ligero asentimiento y yo me quite el otro tacon rápido antes de sonreír ligeramente levantándome para sacar la lasaña de el microondas el cual ya había sonado.
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𝐀𝐮𝐫𝐨𝐫𝐚- 𝙰𝚝𝚛𝚊𝚙𝚊𝚍𝚊 𝙿𝚘𝚛 𝙻𝚘 𝙳𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘.
RomanceQue pasaría si un día nuevos vecinos llegan mudandose a la casa de enfrente y en esta familia el mayor de los hijos se obsesiona contigo llevandote no solo con el sino también con los misterios que envuelven a esa rara familia.