Prólogo

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Lo conoció cuando tenía nueve años y él tenía siete años, en aquel pequeño pueblo donde incursionaba por primera vez en la música, acompañada de aquel pelirrojo que la había adoptado. 

Primero pensó que era el hijo de la dueña del bar que su padre frecuentaba con regularidad, aunque cuando se escapó por un berrinche a uno de los locales vacíos del lugar y lo escuchó cantar una melodía desafinada, le confesó que en realidad era el nieto de un marino que rara vez veía.

Esa fue la primera vez que sintió algo diferente a lo que siempre sentía; orgullo, arrogancia y vanidad. Aunque era muy pequeña para saber que se suponía que significaba esos latidos rápidos y sus mejillas chapeadas. 

 Ahora tenía veintiuno y él tenía diecinueve años, ambos se habían perdido durante los últimos doce años, Uta, la chica había seguido su sueño de ser cantante, lo había anhelado tanto, se había esforzado tanto que casi había olvidado aquel niño de ojos negros, que una vez se hizo una cicatriz para probar su propia valía. 

Lo vio junto a otro grupo de personas, un par de chicas y otros cuantos hombres más. 

Luffy, el chico que había conocido no resistió el impulso de subirse al escenario al ver de quién se trataba, cuando sus nakamas habían dicho que irían a ver la Diva de la música nunca creyó que después de tantos años se reencontraría con Uta. 

Su Uta. 

—¡Utaaaaa! 

Gritó desde su lugar, corriendo todo el espacio entre el escenario hasta las gradas y luego las escaló para llegar hasta donde estaba la chica bicolor. No espero nada y fue inmediatamente a abrazarla, haciendo que la diva se sintiera contrariada por todos los sentimientos encontrados. 

—¡Luffy! Idiota, ¿por qué...

Su manager la interrumpió, tenía que dar un concierto, uno muy importante y no podía retrasarlo o cancelarlo, ni siquiera por el chico que tanto tiempo estuvo buscando a través de sus letras y sus canciones.

—¡Luffy, idiota! ¿Por qué desapareciste? ¿Por qué me dejaste? 

Reclamó la mayor, tan solo terminar su concierto e ir directamente al camerino donde ya había pedido que le dijeran al chico que la esperará. ¡Tantos años buscándolo, tantos años yendo detrás de él! ¿Por qué no lo había podido encontrar?

—Yo no te dejé, tú nunca regresaste, nunca llegaste esa noche. 

Uta apretó los labios, sí había ido ese noche a la playa, sí lo había buscado. 

—¡Eres un idiota! 

Luffy alzó una ceja, no entendía nada de lo que decía. 

—La idiota eres tú. ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué me dejaste solo? 

Resopló, cruzado de brazos. Él le había dicho lo que se sentía la soledad y aún así lo dejo. ¡Era imperdonable! 

—Luffy, idiota. Idiota, idiota, idiota. 

—Deja de decirme así, necesitó una explicación de porque rompiste nuestra promesa. 

—Explícame entonces.

—Bien...

—Bien

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⏰ Última actualización: Aug 26 ⏰

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