Habían pasado varios días desde aquel insidente y desde entonces me siento observada, no es un sentimiento que me agrade, no lo hace en lo absoluto. Cierro las ventanas todas la noches a pesar de saber que en la mañana estarán abiertas, eso me molesta, me asusta, pero, si es Edgar se que no me haría daño o si?Era de noche y me estaba preparando para dormir veo mis pronunciadas ojeras en el espejo, a causa de no poder dormir por no sentirme segura en mi casa, aun que gracias a eso cuando me acuesto en mi cama logro caer dormida muy rapido. No paso mucho tiempo de eso cuando la sensación del colchón hundiéndose a mi lado y algo helado en mi mano me levantaron. Abrí los ojos con pereza notando otra presencia en mi habitación y antes de que grite o me separé me tapan la boca.
-Silencio, soy yo...te he extrañado, no has venido a visitarnos.. -susurra su pasiva voz mientras con su mano libre acaricia mi rostro, está helada. -Oh es verdad, si lo hiciste y presenciaste una de mis grandiosas obras de arte.
Mis manos buscaron desesperadamente apartarlo ya que estaba asustada, su padre dijo que el no de debía enterarse ¿por qué? ¿Me haría daño? Realmente no lo quería comprobar así que puse mis manos sobre la de el y la aparté de mi boca.
-No sé de que hablas, solo vete de mi casa por favor... -mi voz salió en un quebrada y muy baja por el miedo.-
-Haces que pase de adorarte a odiarte cuando te haces la tonta, Aurora, pero, está bien, te ayudaré a recordar.. -dijo y sin más saco una pequeña navaja.- Fue con la que lo corte.
-Deja eso Edgar, no estoy jugando, suéltalo ya por favor! -pidio empezando a sentir como mis ojos ardían, parecía que cuando me veía llorar le fascinaba y eso me molestaba. -Edgar!
-Ya recordaste? -No quise responder así que me quedé callada, eso fue suficiente para que se molestará y bajara su mano a mi camisón para alzarlo dejando visible mi muslo desnudo, pude sentir sus fríos dedos pasar una y otra vez por la zona mientras su mirada permanecía atenta a mi pálida piel que se erizo ante su toque, solloce por qué esto no estaba bien, entonces ese pensamiento resonó aún más en mi mente cuando sentí como sus dedos eran reemplazados por el filo de la navaja, así sin más me corto, no fue profundo, pero, dolió. -Ya recordaste?
Asentí varias veces llorando y solo pude ver su sonrisa satisfecha, pensé que sería todo, pero bajo hacia mi muslo para lamer la sangre haciéndome jadear.
-Eres muy dulce.. -susurro contra mi muslo, podía sentir su cálido aliento en mi piel. -Y escúchame, es la última vez que te veo coquetear con mi padre, a la próxima...dime qué no abra próxima, me gusta mucho tú piel para tener que dañarla con cicatrices.
Un sollozo salió de mis labios, era claro que me haría daño, por...celos?
-Por que me haces eso? ¿Por qué le hiciste eso a ese pobre cachorro? ¿Por qué no me dejas en paz? No le dije y no le diré nada a nadie. -dije llorando, necesitaba una explicación. -
-Que curiosa, todo a su tiempo, Aurora. -se acerca depositando un beso en mis labios al cual por miedo no pude rechazar. -Ahora puedes dormir.
Menciona y se va, dejándome confundida, sola además dejarme con un terrible sentimiento de cual, pues el beso después de todo no me había disgustado del todo, mucho menos lo que habia hecho con la sangre que habia corrido por mi muslo, me levanté de mi cama tocando mis labios con delicadeza y las ganas de vomitar se volvieron abrumadoras, no puede ser, tiene catorce años.
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𝐀𝐮𝐫𝐨𝐫𝐚- 𝙰𝚝𝚛𝚊𝚙𝚊𝚍𝚊 𝙿𝚘𝚛 𝙻𝚘 𝙳𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘.
RomanceQue pasaría si un día nuevos vecinos llegan mudandose a la casa de enfrente y en esta familia el mayor de los hijos se obsesiona contigo llevandote no solo con el sino también con los misterios que envuelven a esa rara familia.