Prefacio

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Aquí iba.

Una vez más.

Era él.

Me seguía esperando dónde siempre.

Se veía impecable casi majestuoso.

Él era un reflejo divino.

Un ser desconocido y tan atrayente.

Sonreía mientras me observaba.

Espera que valle hacia él y tome su mano.

¿Seré capaz?

Ese apuesto caballero espera por mi.

Siempre espera por mi.

¿Por que?

¿Algún día tendré el valor de correr hacia el?

¿Que pasaría si lo hiciera?

Se encontraba en el mismo punto siempre. Jamás se movía de su lugar, su presencia allí se sentía como un espejismo divino, se veía tan majestuoso.

¿Porque siempre él?

El escenario le hacia justicia pues lo convertía en algo más que majestuoso. A veces no siempre era el mismo lugar. Un día podría ser una casa antigua victoriana y él al pie de las escaleras, otras veces una playa de arena tan fina y blanca que se dejaba llevar por un hermoso mar azul y él sonriendo observando a la nada ó en una biblioteca que parecía exponer miles de libros y él sonriendo mientras sostiene uno en sus manos; y también podría ser como hoy, un hermoso bosque que daba la impresión de ser el hogar de miles de criaturas mágicas, lleno de mariposas, flores de todos los colores y de luz solar casi celestial.

Me encontraba descalza sintiendo el césped que hacía cosquillas debajo de mis pies. Mis ropas eran un vestido blanco largo de detalles simples, mi cabello iba suelto y se movía con la brisa. Y él. Él se encontraba esperándome a las afueras de ese hermoso bosque. Poseía una sonrisa genuina en sus labios y su mano extendida hacia mi esperando que la tomace aunque se encontrará a una distancia de mi.

Quería saber todo de él.

¿Por qué siempre esta esperando por mi?

¿De dónde salió?

¿Por qué vestía ropas diferentes?

¿Le conozco?

¿Esto es real?

Esas eran algunas de las preguntas que siempre me hacía cada que me encontraba en aquella ensoñación. No importase las veces que estos escenarios sucedieran pues él siempre se encontraba esperando por mi mientras yo permanecía en mi lugar observándolo, detallandolo, admirandolo, perdiendome en ese fugaz instante.

Sus visitas no son durante mucho tiempo, porque si, aludía sus apariciones a visistas.

Cuando ese fugaz instante se desvanecía y volvía a la realidad una realidad que me era diferente a él. Sentía que mi corazón lo extrañaba con todas sus fuerzas como si me faltase en mi vida su presencia. Mis ojos se llenaban de lágrimas ante su recuerdo, tocaba mi pecho para calmar los latidos desesperados de mi corazón, respiraba profundo para encontrar el aire y llevarlo a mis pulmones, mi pecho quemaba, mis manos temblaban, mi cerebro reproducia constantemente su imagen.

¿Quien eres?

¿Por qué apareces en mis sueños?

¿Por qué te extraño tanto?

Mi habitación era testigo de mis noches desesperantes al no saber porque mis sueños solo eran habitados por aquel extraño.

Siento que he vivido toda una vida sin él.

¿Esperará siempre por mi?

Son más preguntas que respuesta las que tengo.

Necesito saber quién eres desconocido...












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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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