── WHEN THE SUN LOVED THE MOON. Después de ceder el trono a su hermana, Aegon Targaryen se une a Jaella Velaryon en un matrimonio destinado a consolidar la paz. Sin embargo, la estabilidad es breve cuando Alicent Hightower desafía la nueva orden y p...
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128 D.C
Nada había sido igual desde la ultima vez que la familia entera se reunió. Su padre se había ido y, por petición de Daemon, que en realidad había sido más como una amenaza, ella nunca comentó nada de lo que sabía. No vería más a Harwin Strong y Daemon Targaryen ahora vivía cómodamente con ellos en Dragonstone y era ahora el esposo de su madre.
Este ultimo cambio había sido bastante notorio para los niños Velaryon, en especial para Jaella y no de una mala manera, es solo que ella no estaba acostumbrada a ese tipo de... convivencia.
Laenor era ausente, aunque cariñoso, los afectos que le mostraba a su madre eran más parecidos a los de un amigo que a los de un esposo, sir Harwin era incapaz de mostrar afecto más allá de lo que su madre permitía, pero Daemon era diferente, él amaba a Rhaenyra con fuerza y aunque Jaella pensó que él únicamente estaría interesado en tener hijos propios pronto se dio cuenta que no era así pues él parecía realmente querer inmiscuirse en sus vidas y procurarlos como si fueran suyos.
Luego de un año, los Velaryon se acostumbraron a la presencia de Daemon y a todo lo que ella implicaba.
Otra de las cosas que habían cambiado era su relación con Aegon, luego de la amarga despedida en Driftmark, el príncipe parecía bastante arrepentido de lo que se había dicho esa noche en su habitación y en cuanto pisó tierra había enviado un mensaje por cuervo a Jaella, pero este no fue respondido.
Más cuervos llegaron, pero a Jaella le tomó más de dos lunas para finalmente responder y es que, aunque había querido ignorar las dulces palabras de su tío, estas no paraban de hacerla sonreír, así que había decidido enviar una respuesta que le dejaba saber que, a pesar de todo, lo pensaba.
—¿Escribes cartas otra vez? — preguntó su hermano, sentándose frente a ella.
Jaella intentó ocultar el mensaje escrito en el papel mientras asentía, regalándole a Jacaerys una sonrisa.
—¿Decran Stark? — la joven rodó los ojos y negó con la cabeza.
—Harland Arryn— respondió.
Aquello no era del todo mentira, pero el cuervo con el mensaje para el joven Arryn había partido poco antes, el que tenía en sus manos en ese momento era para Aegon, pero Jacaerys no estaría muy contento de saber aquello; desde la ultima vez que se habían visto, los resentimientos de su hermano por los príncipes solamente habían crecido, alimentados claramente por los venenosos comentarios que Daemon profería en su contra.
—¿Tú le has escrito a Helaena? — preguntó Jaella con curiosidad.
Luego del conflicto, la reina había insistido en que el compromiso de Jacaerys y su hija se disolviera, pero pese a sus suplicas, el rey nuevamente la ignoró y mantuvo firme la decisión de casarlos pues creía que la unión de la sangre ayudaría a que las tensiones se disiparan. Si ellos fueran un par de años mayores ya los habrían casado.
