09. LILA

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Actualidad.

VIOLETA.

—La cita. —admito entre dientes, sin mirarlo a los ojos.

La carretera es fría, oscura y el tráfico ha disminuido tanto que vamos kilómetros sin parar.

La humedad empaña los vidrios, las luces interiores del auto se atenuaron. Tomo un largo respiro en medio del silencio y no siento tensión pero mi cabeza está hecha un desastre al mínimo rastro de duda.

—Pasó algo. —concluye Chandler.

—No pasó nada, es solo que... Es un poco más inteligente de lo que recordaba y me asustó porque por un segundo, un solo segundo, no parecía el West que conocí.

—Que una persona cambie no borra su pasado. Si matas una vez, eres un asesino, nada te quita ese título.

—Lo sé, no malinterpretes, sé con quién lidio, simplemente fue raro.

—Sabes, tuve una pequeña idea. ¿Conoces esos audífonos inalámbricos nuevos? Los que miden tres centímetros.

—Se dará cuenta, es muy detallista. No puedo hablar con ustedes mientras estamos juntos. —advierto.

—No, me refiero a que graves la conversación. Lo escondes en algún sitio y usamos lo que diga, es ilegal grabar sin su consentimiento pero nos daría una mejor visión de cómo es, percepción y ahorraría tiempo.

—Vale, sería bueno, yo no sé transmitir lo que ocurre —asiento—. Pero ¿No crees que es pedirle demasiado a Tom? Es un hombre ocupado y tiene una hija, no quiero molestarlo más.

—Oh, créeme, a él le fascinan estás cosas.

—Entonces lo compro mañana en la mañana.

—Lo compraré yo para que no quede registro de que siquiera Googleaste un aparato así y te lo doy en el GYM.

—Perfecto.

—Ya no tienes excusa para seguir faltando Violeta, irresponsable.

—Buscaré una. Quizá puedo cuidar a Daiquiri —la hija de Tom— en las mañanas justo en la hora dónde debería entrenar.

Reímos, pero nuestras sonrisas se desvanecen poco a poco. Ese hecho suena absurdo.

Los 20 años son una locura, un día te gradúas, al otro ahorras para comprar queso, un día un amigo se casa y otro empieza su primer trabajo. Un día presencias el babyshower de tus amigas de la infancia en el vecindario, luego acompañas a tu compañero de trabajo a divorciarse.

Un día estás en una fiesta con tu mejor amigo, jugando a ser espías mientras que otros están haciendo dormir a sus hijas pequeñas...

Ese tema siempre ha estado prohibido en nuestro grupo de amigos, no solemos hablar de su hija más que para preguntar cómo está o si necesita ayuda y fue así desde que nos enteramos de la noticia hace unos años. No hablamos de lo que pasó, de su decisión o de cómo Tom ha llevado las cosas. En la opinión de alguien totalmente inexperto: es un muy buen padre, casi como es un buen amigo.

Lo equilibra bien, mejor que nosotros con cualquiera de nuestras responsabilidades. Estos últimos meses no la hemos visto casi, sin embargo, cuando lo hacemos siempre hay un pequeño silencio.

Un instante en dónde Chandler y yo pensamos:

—Daiquiri no se parece mucho a él. —comento.

—Es identifica a ella —agrega Chandler—. Mientras más crece, sus rasgos se van marcando y... no sé cómo lo hace, la verdad. Desde el primero momento no sé cómo hizo para sobrellevarlo.

No apto para cobardesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora