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HELICONIA
VERANO
Brian W. Aldiss
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Brian Aldiss
Titulo original: Heliconia Summer
Traducción: Carlos Peralta
© 1983 by Brian Aldiss
© 1990 Ediciones Minotauro
Avda. Diagonal 519 - Barcelona
ISBN: 84-450-7105-X
Edicion digital: Carlos Palazon
Revisión: Tirachini
R6 12/02
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El hombre es todo simetría
y proporciones, un miembro con otro,
y todos además con todo el mundo;
hermanas son las partes más distantes;
pues la cabeza y el pie tienen amistad,
y ambos con las lunas y mareas
Más sirvientes tiene el hombre
que él desconoce: en todo sendero
aplasta aquello que lo favorece
cuando la enfermedad lo debilita.
Ah, poderoso amor. El hombre es un mundo
y tiene otro que lo atiende.
GEORGE HERBERT, Hombre
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I
LA COSTA MARINA DE BORLIEN
Las olas subían la pendiente de la playa, caían hacia atrás, y regresaban.
En el mar, a poca distancia, una masa rocosa coronada de vegetación interrumpía la
procesión del oleaje. Señalaba la división entre aguas someras y profundas. Esa roca
había sido parte de una montaña situada tierra adentro, hasta que las convulsiones
volcánicas la habían arrojado a la bahía.
Esa roca estaba ahora domesticada por un nombre. Se la conocía como la Roca de
Linien, y en honor de esta, la bahía y sus alrededores recibían el apelativo de
Gravabagalinien. Mas allá estaban los trémulos azules del Mar de las Águilas. La arena
agitada enturbiaba las olas que rompían contra la costa dispersándose en ráfagas de
espuma blanca. La espuma subía corriendo la cuesta para hundirse luego,
voluptuosamente, en la playa.
Después de rodear el bastión de la Roca de Linien, las olas convergían desde distintos
ángulos, chocaban con redoblado vigor y giraban en torno de las patas de un trono