Capitulo 1

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Oscuro, frío, tenebroso y aterrador...

Solo con esas palabras podía definir perfectamente el espantoso callejón que recorría para tener que ver a al idiota de ken, porque tenía que vivir tan lejos y porque tenía que ser esta la única entrada, y lo peor es que en las noticias de esta mañana habían dicho algo de un asesino suelto que mata con unas tijeras o algo así, pero que él es capaz de matar a alguien con una sola cortadura, tenía que haber escuchado eso esta mañana, pero tengo algo que contarle a ken... y no pienso ocultarlo más, o por lo menos no a el

Pero maldición esto da tanto miedo como la madre de ken enojada, por eso mismo camine más rápido, casi estaba corriendo pero entonces escuche un grito, un grito que resonó en todo el callejón, dios tenia tanto miedo que no podía ni siquiera hablar, como estaba muy asustado retrocedí un par de pasos hacia atrás, tropecé con algo y caí al suelo por lo que parecía lleno de agua, lleve mi mano a mi cabeza y la frote, mire al suelo para saber qué era lo que me había hecho caer y cuando vi de que se trataba sentí que mi corazón se paraba por unos instantes, eran unas tijeras y bajo ellas en lo que yo había caído no era agua sino un liquido color rojo carmesí, si eso era sangre y no estaba seca así hace poco que fue derramada, el criminal no debería estar muy lejos... repentinamente siento un escalofrió que recorre toda mi espalda, no quería mirar atrás pero debía hacerlo, gire la cabeza un poco y alguien toca mi hombro

Grite lo más fuerte que pude al ver a un hombre alto, parecía fuerte, tenía el cabello de un color amarillo maíz, sus ojos eran grises, tenia facha de malhechor, ¿y si era el asesino?, mis ojos se llenaron de lagrimas el no dejaba de verme con un brillo extraño en sus ojos pero al notar mi sollozo quita rápidamente su mano de mi hombro

-oye, cálmate por favor, mira soy policía- me dijo, mientras me enseñaba un placa, la mire detenidamente, no era falsa así que le creí, eso fue vergonzoso, gire mi cabeza a un lado, note mis mejillas calientes seguramente estaba sonrojado, por la vergüenza

El interrumpe mis pensamientos estirando la mano para que la tomara y así poder levantarme del suelo donde estaba aun tirado, no me gusta que la gente me ayude pero supongo que la aceptare solo por esta vez ya que lo había confundido con un asesino en serie, aunque me sentiría más seguro si tuviera mi revolver –no creo que el suelo lleno, sea un buen lugar para descansar- decía mientras sonreía, su sonrisa era algo fría, tenía algo de tristeza en ella, me recordaba a la mirada que tenía antes de conocer a ken, pero el también tenía algo diferente a mí, su sonrisa a pesar de ser fría también era de alguna forma muy cálida, acerco mi mano a la suya, aceptaría su ayuda porque tal vez pueda ayudarlo así como ken me ayudo a mí, pero al tomar mi mano el me jala hacia adelante, acercándome más a él llevando mi mano a mi espalda en un movimiento rápido. Esa era una llave básica para los detectives o policías de un alto rango, seguramente llamaría a una unidad cerca de aquí para decirle que ha encontrado un sospechoso en la escena del crimen, y esa es la razón por la cual no confió en las personas, porque los humanos simplemente son monstros con caras amigables y obviamente me incluyo en ellos

Como predije el oficial de policía llamo a uno de sus colegas diciéndole lo que ya había predicho, también dijo que me llevaría a la jefatura, supongo que es para interrogarme, si no me equivoco este policía está encargado de el asesino en serie, bueno no me puedo quejar si yo encontrara a una persona en la escena del crimen con la ropa llena de sangre también sospecharía de él, cuando colgó saco unas esposas de su cinturón y como era de lógica me esposo, me subió a la patrulla que estaba fuera del callejón y en el trayecto a la jefatura el rompió el silencio

-tú eres el primer chico que no anda diciendo todo el camino "¡yo no fui, se lo aseguro así que por favor déjeme ir" y también el primero que no trata de sobornarme

-no me dan ganas de gritar hoy, además sería demasiado sospechoso que alguien que fue encontrado en la escena del crimen con sangre en la ropa dijera eso, yo soy inocente y no tengo que estarlo diciendo- era la primera vez que hablaba en todo el camino, sabía que no me creería pero yo demostraría mi inocencia

-pareces demasiado confiado y eso es malo, porque la gente aunque sea inocente termina en prisión- sonreí un poco de lado apoyando mi cabeza contra la ventana del auto, eso ya lo sé, se que las personas aunque sean inocentes pueden terminar en la cárcel el resto del camino fue en silencio, un silencio que devoro todo sin dejar hablar a nadie, después de un tiempo llegamos a la jefatura, ya estando dentro me guiaron hasta un cuarto en donde solo había un mesa, dos sillas a cada extremo de la mesa y un "espejo" que seguramente era una ventana en donde unos policías me veían

Segundos después la puerta se abrió y un policía alto, moreno, de ojos y cabello negro con un bigote del mismo color entro –dime chico, ¿Qué diablos hacías ahí?- su voz era gruesa, grave y ronca, su aliento ola a alcohol y tabaco, estaba seguro de que ese tipo estaba ebrio, seguramente venia de un bar que estaba por aquí cerca y lo llamaron ya que él no tenía nada más que beber y fumar todo el día –mocoso, contesta- me levante de la silla y me dirigí hacia el "espejo"

-em, Señor policía que me trajo a este lugar, no pienso hablar con un ebrio- le dije colmado, casi burlándome de el

-¡que dijiste mocoso!- dijo el policía ebrio levantándose de su asiento y dirigiéndose hacia mí, parecía molesto, muy molesto... esto no terminara bien. Cuando llego esta donde estaba yo me tomo de la camisa levantándome del suelo, era muy fuerte no podía librarme de él, pero me molestaba que las personas abusaran de su fuerza

-dije que estas ebrio y aparte sordo- dije remarcando algunas palabras, creo que ahora si me iban a romper la... el policía ebrio interrumpió mis pensamientos sacando una pistola de su pantalón, era nueva probablemente se la dieron para una prueba, acerco la pistola a mi pecho

-eres lindo, lástima que seas un chico- me decía mientras estaba a punto de jalar el gatillo para disparar la bala, no podía hacer nada porque aun tenia las esposas, entonces ¿voy a morir?, el ruido de la puerta abriéndose de golpe me sorprendió pero también al ebrio, y gracias a su descuido patee su mano haciendo que la pistola callera en el suelo y él se hiciera para atrás, seguido de eso presione unos cuantos puntos de presión en su cuerpo haciendo que quedara inconsciente, tome como pude la pistola y se la di al Sr. Policía que estaba con una cara de estúpido parado en la puerta

-cierre la boca Sr. Policía y un ebrio en este lugar está prohibido- le dije mientras le daba la pistola

me enamore...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora