A QUE NO ME DEJAS

Capítulo XVIII. Aún

Mira a su alrededor, suspira por millonésima vez pero ahí estaba, ahora con su mochila al hombro pero esta vez no iba a su trabajo, iba a la escuela. Tener que dejar su empleo porque no le permitían los horarios de la cafetería hizo que diera las gracias y se fuera de ahí algo triste. Pensó en quedarse, tomar el turno de la tarde pero tristemente, ese turno no existía. Solo en el día estaba abierto y no podía.

Chasquea los labios, el autobús ya tardó mucho pero sabe que tal vez venga lleno, todos de seguro estaban tomándolo y por eso tardaba, mira de un lado a otro, un auto se acerca y sonríe cuando mira quien es. Ae venía manejando y se acercaba despacio a su lado. Fue un milagro que no apretara el claxon para que todos se dieran cuenta.

Se rió al verle porque saber que le habían adelantado su regalo de graduación, le hizo sentirse feliz por él.

-- ¿Esperas a alguien? -- le mira divertido

-- Vámonos ya que es tarde.

Le saca la lengua, rodea el auto para entrar y cuando lo hace, el otro arranca y se van, yéndose rápido pero no tanto como para tener la primera multa.

-- Que bueno que llegaste. -- Can le mira -- Parece que el autobús se retrasó. Ha de venir muy lleno.

Niega molesto, mientras busca en su mochila algo y cuando lo encuentra, saca aquello con mucho orgullo y estira ese dinero frente a él.

-- Gracias... de verdad que no se que haría sin ti a veces...

-- Can... -- niega al ver eso y mejor quita su mano -- No te dije que me pagaras... quédatelo

-- Claro que no. -- lo mete en la guantera -- Era tuyo y... además se gastó es una estupidez.

-- No lo quiero. -- le mira rapido -- Quédatelo. Eso era para ti.

-- Ya. Déjalo -- niega -- Mejor dime como te fue en las vacaciones

-- Muy bien. -- sonríe -- solo estuvo el hecho de que apenas y supe de ti. Ni te vi... me dio gusto saber que al final tus padres por fin se pusieron de tu lado.

-- Ni me digas... fue un milagro -- suspira -- y pues, me metí en el trabajo todo el día, todos los días, solo quería juntar tu dinero y ya.

-- Y... ¿Qué hay de Tin? ¿Sabes algo?

-- Solo lo de su prometido... -- niega -- esta con él.. juntos... quien sabe que haciéndo justo ahora. -- suspira

-- Yo creo que dicen la verdad. -- asiente

-- Aun ni se como me encontró... -- niega -- mira que ir y llevarme eso. Están locos los dos.

-- Quizás yo le dije. -- sonríe

-- ¿Cómo? -- abre los ojos

-- Me mandó un mensaje por Instagram... no se como me encontró pero estuvimos hablando un buen rato

-- ¿Tú? -- alza una ceja

-- Hum.. -- le mira rápido -- ¿Sabias que... quieren juntarlos porque el padre de Pete es dueño de todos los catamares, barcos y cruceros de aquí? Así sería más fácil importar y sería un gran negocio para ambos.

-- ¿Ah? -- abre los labios

-- Sip.

-- Ya cállate mejor.

Cruza los brazos, niega un poco y mira por la ventana, si, pensó que ese tipo debía de ser alguien importante pero no tanto. Voltea a ver a su amigo, el cual sigue manejando como si nada pasara y le mira curioso, ¿Hablaba con él?, abrió los ojos y le manoteo.