Mascarada

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Narrador

La noche anterior al gran baile debía ser un periodo de regocijo y expectativa, pero en la cena de Aubre Hall, la atmósfera estaba cargada de una tensión palpable, como si el aire mismo pudiera cortarse con tijeras. Madison, sumida en sus pensamientos, se preguntaba continuamente dónde se encontraba Anthony y qué había ocurrido con Kathe. Benedict, su rostro enigmáticamente serio, se esforzaba por justificar la ausencia de su hermano mayor durante la comida, mientras Violet, con un aire de determinación, trataba de descifrar el misterio del porqué Anthony no estaba presente y qué había sucedido la noche anterior durante la propuesta. Mientras tanto, la familia Sclair aguardaba ansiosamente la noticia que Madison aún no se atrevía a dar.

Al amanecer del día del baile, el salón de Aubre Hall se llenaba de una tranquila expectación, mientras los invitados comenzaban a congregarse para el desayuno. Sin embargo, al otro lado de la casa, en la habitación del vizconde, Anthony despertó abruptamente debido a la luz del sol que se filtraba a través de las cortinas. Si alguien le hubiera preguntado con quién había pasado la noche anterior, sin pensarlo habría respondido que con su prometida, pero en realidad, a su lado se encontraba una mujer de piel bronceada y madura, completamente ajena a él.

Los nervios carcomían a Anthony mientras se levantaba y se dirigía a su escritorio, buscando un momento de paz para ordenar sus pensamientos y resolver la complicada situación. Sin embargo, al abrir la puerta, se encontró con Benedict sentado en su lugar, su mirada fija y severa.

—Hasta que apareces, Anthony —dijo Benedict con tono grave—. ¿Puedo saber dónde estabas? Anoche tuve que mentir diciendo que estabas enfermo. ¿Sabes lo difícil que fue controlar a nuestra madre?

—Lo lamento, no quería causarte problemas —respondió Anthony, con sinceridad.

—No equivoques mi pregunta —replicó Benedict—. ¿Tuviste que salir a dar una vuelta que te llevó todo el día?

—¿Qué tratas de insinuar? —inquirió Anthony, con un tono defensivo.

—Nada, Anthony. Ambos sabemos que las cosas no son como las dices. Solo espero que mis conclusiones sean erróneas.

Anthony intentó responder, pero Benedict lo interrumpió.

—Solo te digo que seas sincero, porque si no lo haces, yo seré el encargado de contarlo —dijo Benedict antes de salir.

Solo en su despacho, Anthony se hundió en su sillón, tomando su cabello con desesperación. Necesitaba encontrar una solución para que nadie descubriera lo ocurrido. Después de terminar con sus papeles, una idea comenzó a formarse en su mente: enviar a Kathe a Londres y luego continuar con los compromisos que tenía pendientes.

Mientras tanto, Madison pasaba la mañana ayudando a Violet y a su madre con los últimos preparativos para el baile. Aunque las tareas no eran particularmente interesantes, al menos lograban apartar sus pensamientos sobre su prometido. El salón estaba en calma cuando Kathe hizo su aparición. El nudo en el estómago de Madison se apretó al verla; había tenido el presentimiento de que Kathe ya no estaba en Aubre Hall y su presencia confirmaba sus temores de que Anthony también había estado ausente.

La voz de Violet la sacó de su inquietud.

—Qué sorpresa tenerte aquí —dijo Violet, dejando a un lado su taza de té—.

—Lamento llegar sin previo aviso, pero no podía seguir en la India —respondió Kathe con una sonrisa orgullosa casi como si la retara.

Madison miró a su madre, buscando respuestas, pero ella solo extendió su mano en un gesto de apoyo.

In love with the little friendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora