El día fue corto tanto para Elliot, como para Jess y Daniel, quienes como cabaleros del príncipe, debían estar para él en cada momento. Elliot no podía estar del todo libre, ya que usó su posición de cuarto príncipe para poder hospedarse en la casa del marqués de Trovis, debía hablar sobre algunas cosas diplomáticas con él y su esposa.
La noche había llegado y el cielo estaba despejado, más que las luces de la luna menguante y las estrellas, la mansión del marqués brillaba con muchas luces cálidas.
El viento era débil y agradable, mientras que Erick estaba en el techo de la mansión pensando sobre qué hacer.
Sabía que no podía ser emocional, incluso Elliot fue firme con él respecto a eso, pero su cabeza estaba inundada de pensamientos intrusivos, solo quería encontrarlo y matarlo a toda costa.
Tenía algo entre sus manos mientras pensaba de esa forma, era el silbato que Eli le había dejado.
"Si lo llamara ahora, Eli vendría, estoy seguro de que me ayudaría a vengar a mis compañeros sin dudar... pero...".
Volvió a dejar el silbato en su bolsillo.
"Eli tampoco estaba en buenas condiciones, si lo llamo ahora, no estaría del todo recuperado, por otra parte, yo tampoco lo estoy".
Erick sabía que su propio maná estaba en la mitad, si seguía sus impulsos, era seguro que terminaría muriendo. Por mucho que quisiera lograr su venganza en ese instante, debía contenerse.
—Hola Erick, ¿Disfrutando del paisaje?
Una fina voz se escuchó detrás de él, se trataba de Jess, ella sonrió tranquilamente y se sentó al lado de Erick sin consultarle antes.
—¿Estás libre al fin?
—Si, fue un día agotador, pero al fin estamos libres, al menos por el día de hoy.
Resopló ella sin ganas, luego se inclinó a observar el rostro de Erick con una ligera sonrisa.
—¿Pudiste ordenar un poco tus pensamientos?
Erick no quitó su vista de enfrente, el agradable paisaje le ayudaba a estar un poco más calmado.
—Todavía estoy en ello.
Vino un largo suspiro después de la respuesta que le dio a Jess.
—Pienso que eres asombroso.
Erick la vio algo confundido, ella desvió su mirada al frente con una expresión tranquila.
—Pasaste por demasiadas cosas, viste caer a tus compañeros, saliste a ayudar a tu reino, pasaste por una muerte dolorosa a manos de seres queridos, saliste de tu amado reino para ayudar a las personas. Incluso ahora que diste con el asesino de tu gente, estás intentando mantener la calma para no dejarte llevar por tus emociones.
Ambos estaban sentados en el techo, apoyando sus manos en el tejado, Jess levantó su mano y la colocó sobre la mano de Erick. Aunque eran las manos de una chica, estaban llenas de cayos, eso era resultado de su arduo entrenamiento para llegar a maestra de espada, aunque eran manos ásperas, Erick no lo detestó.
—Pienso que eso es algo de admirar.
Los ojos negros de Jess reflejaban las estrellas del cielo, Erick por un momento observó sus oscuros ojos con las luces del cielo, puso notar la expresión sincera de Jess. Erick sonrió levemente sin quitar su vista de los ojos de Jess.
—Gracias por tus palabras, es la primera vez que alguien me dice eso, pero no se siente mal en absoluto. Si te soy sincero, no fue nada fácil, pensé una y otra vez, ¿Está bien estar aquí mientras esos bastardos siguen sueltos? Me he sentido débil e incompetente, ¿Si fuera más fuerte hubieran escapado?
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El camino de un héroe
FantasiEn el vasto continente del norte, el Reino de Reveire se alza como un bastión de justicia y prosperidad. Sin embargo, una anomalía mágica desencadena la aparición de grietas infernales, liberando hordas de demonios que sumergen al reino en un caos i...