El sonido de la máquina de café burbujeando en el fondo y el murmullo suave de las conversaciones a mi alrededor parecían desvanecerse mientras mi mente se hundía en un mar de pensamientos confusos y emociones mezcladas. Estaba sentado en Starbucks, frente a una taza de café que apenas había tocado. En este cuerpo, el de Vicky, sentía que cada día era una montaña rusa emocional, y hoy no era la excepción.
Daniela, una de las mejores amigas de Vicky, estaba sentada frente a mí, sonriendo mientras movía su frappuccino con la pajilla. Había estado contándome sobre su más reciente enamoramiento con un chico de su clase, pero me resultaba difícil concentrarme en lo que decía. Mi mente estaba atrapada en un ciclo interminable de preguntas sobre esta identidad, preguntas que nunca antes había considerado con tanta seriedad.
"¿Estás bien, Vicks? Estás más callada de lo normal," dijo Daniela, frunciendo el ceño con preocupación.
La miré, tratando de ofrecerle una sonrisa que probablemente parecía más forzada que reconfortante. "Sí, estoy bien. Solo... tengo muchas cosas en la cabeza."
"¿Quieres hablar de eso?" Su tono era suave, y me di cuenta de que su preocupación era genuina.
Tomé un sorbo de mi café, buscando tiempo para organizar mis pensamientos. ¿Cómo iba a poner en palabras todo lo que estaba sintiendo? Desde que empecé a considerar la posibilidad de vivir permanentemente en este cuerpo, una tormenta de emociones había comenzado a arremolinarse dentro de mí.
"Es complicado," comencé, sin saber realmente por dónde empezar. "He estado... pensando mucho sobre quién soy. Quiero decir, sobre mi identidad."
Daniela asintió, animándome a seguir. "Eso es completamente normal, especialmente a nuestra edad. Todos pasamos por fases en las que nos cuestionamos cosas, ¿no?"
"Sí, pero esto es diferente," dije, apretando los labios. "No me siento completamente como una chica, pero tampoco siento que encajo totalmente como un chico. Es como si estuviera atrapada en algún punto intermedio, y no sé qué significa eso."
Daniela me miró con una mezcla de sorpresa y comprensión. "Vicky, ¿estás diciendo que crees que podrías ser... trans?"
Tragué saliva, sintiendo una punzada de ansiedad en el estómago. "No lo sé. No es exactamente eso. No me siento completamente femenina, pero tampoco quiero ser un chico... si eso tiene algún sentido."
Daniela asintió lentamente. "Amiga, la identidad de género no siempre es blanco y negro. Hay muchas personas que se sienten en algún lugar entre los géneros, o que su identidad puede cambiar con el tiempo. No tienes que encasillarte en una etiqueta específica si no te sientes cómoda con ella."
"Es solo que... he empezado a cuestionar cosas que nunca antes me habían pasado por la cabeza," continué, sintiendo que finalmente estaba empezando a desahogar lo que llevaba dentro. "Nunca pensé que podría ser bisexual, pero... ahora, no estoy tan segura. Es como si hubiera abierto una puerta a un mundo completamente nuevo de sentimientos y emociones que antes no reconocía."
Daniela me miró con curiosidad, pero sin juzgarme. "¿Bisexual? ¿Has sentido atracción por chicas?"
Tomé otro sorbo de mi café, sintiendo el calor del líquido recorrerme la garganta. "Sí, y también por chicos. Antes de todo esto, nunca me habría considerado bisexual, pero ahora... No sé, Dani. No sé si es solo una fase o si es algo más profundo."
Ella asintió comprensivamente. "Vicky, está bien no tener todas las respuestas de inmediato. A veces, las cosas tardan en aclararse. Lo importante es que te permitas explorar esos sentimientos sin juzgarte a ti misma. No hay nada de malo en descubrir cosas nuevas sobre ti."
Su tono era tan suave y acogedor que me sentí un poco más aliviado, como si el peso en mis pechos se hubiera aligerado ligeramente. Pero la incertidumbre aún estaba allí, en el fondo de mi mente, zumbando como un insecto molesto que no podía sacudirme.
"Gracias, Dani. Realmente necesitaba hablar de esto con alguien," dije, sintiendo una sinceridad en mis palabras que no había experimentado en mucho tiempo.
"Siempre estaré aquí para ti, Vicks. Y recuerda, no importa lo que descubras sobre ti misma, siempre serás la misma persona para mí," dijo con una sonrisa cálida.
Le devolví la sonrisa, sintiéndome un poco más seguro. Pero sabía que aún quedaba un largo camino por recorrer. Por primera vez en mucho tiempo, sentí a gusto con ser Vicky.
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Devuélveme mi vida
ChickLit"Devuélveme mi vida" cuenta la historia de Adrián, un joven de 24 años, y su prima Vicky, de 14 años, quienes, tras romper un antiguo jarrón en una tarde lluviosa, intercambian cuerpos de manera mágica. Atrapados en los cuerpos del otro, deben naveg...