Después de un inicio distraído de mis clases, finalmente pude alejar mis pensamientos desagradables y enfocar mi atención en mis estudios. Las matemáticas no fueron una verdadera lucha ya que había estudiado la mayor parte de la materia durante las vacaciones de verano y pasé parte del tiempo escribiendo algunas notas de estudio para Winter durante la segunda mitad del período, aunque no estaba completamente seguro de si la volvería a ver pero una parte de mí esperaba que sí. Parecía una chica agradable y genuina, y no me opondría a ser amigo de ella. Era fácil para mí llevarme bien con personas como ella: estudiosa, tranquila y amable. Seguro era el tipo de chica que a mi madre le encantaría verme traer a casa, el tipo de chica a la que Karina le agradaría de inmediato y la invitaría a salir de compras o almorzar para chismear sobre mí fuera del alcance del oído. Ella era el tipo de chica que yo algún día probablemente le pediría una cita.
Algún día.
Las otras clases se prolongaron lentamente, mi estómago rugió hambriento cuando llegó el receso. No me molesté en tratar de reunirme con Shotaro durante el breve descanso, por lo que elegí dirigirme hacia mi próximo salón de clases temprano y tomar un refrigerio allí. Las mesas estaban ordenadas en filas, cada una con capacidad para dos personas. Las mesas se habían contaminado desde hacía mucho tiempo con graffitis y garabatos, y la parte inferior de las mesas estaban cubiertas de chicles y otros innumerables fluidos. Ahora sentado solo en el salón de clases con el aire acondicionado zumbando perezosamente en el fondo dejé escapar un suspiro de alivio.
Desde nuestro incómodo encuentro antes de la clase, no había visto ni escuchado a Anton por ninguna parte y sentí que mis músculos se aflojaban con la idea de que probablemente dejó el campus después de fumar. Tal vez se fue con la chica de esta mañana u otra chica de su grupo. De cualquier manera, él no estaba aquí y yo estaba feliz por eso, fue agradable no tener que mirar por encima del hombro y esquivar las esquinas para evitar al tipo.
Abrí un paquete de galletas y me metí unas cuantas a la boca, abrí el libro que estaba leyendo en el tren esta mañana con una pequeña sonrisa en mi rostro mientras apoyaba mi cabeza contra mi palma abierta y el codo sobre la mesa. El tiempo transcurrió lentamente, el único ruido en la habitación era el paso de mis páginas, sonidos ocasionales y el zumbido de una conversación fuera del salón. A la mitad del receso de veinte minutos, la puerta se abrió de repente haciéndome saltar sobre mi asiento, la galleta en mis dedos se resbaló y golpeó contra la mesa en un mar de migajas.
Con el cabello despeinado hacia atrás y con algunos mechones sueltos cayendo sobre sus ojos, estaba Anton parado allí con sus cejas arrugadas y sus ojos increíblemente brillantes mientras me miraba. Mi boca se abrió de golpe cuando cerró la puerta detrás de él, el marco traqueteó por la fuerza impetuosa que ejerció en él y las piernas largas pronto se acercaron a la silla a mi derecha.
"No te atrevas a tomar ese asiento" supliqué en mi mente, con los ojos parpadeando entre la silueta de Anton y el asiento a mi lado. "No, no, no, no lo hagas. Oh, mierda."
Anton sacó el respaldo de la silla con los pies chirriando contra el suelo antes de dejar caer su peso sobre ella y no dijo nada mientras empujaba la silla más hacia atrás para colocar sus piernas sobre el escritorio. Tragué saliva cuando el contrario dejó escapar un suspiro exhausto y cruzó los brazos sobre su pecho, las mangas revelaron los oscuros tatuajes esparcidos por su brazo izquierdo. El patrón se onduló cuando sus fuertes músculos se flexionaron, su cuello giró mientras que los músculos encontraban una posición cómoda en el rígido asiento, sentándose con los ojos cerrados.
—U-Um... —tartamudeé pero Anton sólo resopló, abriendo un ojo para darme una mirada fulminante.
—¿Qué? —cuestionó con voz profunda y áspera.
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entre sábanas | wonton
Fiksi PenggemarDespertarse al lado de alguien desconocido después de beber demasiado alcohol no era una historia nueva y fascinante en estos días. Despertar junto a otro hombre cuando también eras hombre era un poco más interesante pero aún así no había nada que d...