Capítulo 8

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"Lisa" -Rosé suspiró cansada y se refregó ambos ojos con los dedos pulgar e índice- "Ser tu entrenadora personal es más difícil de que lo pensaba, ¿cómo es posible que entraste al equipo?" -ella no lo comprendía.

Desde que prometió convertir a su prima en una mejor jugadora, ese día que su colegio enfrentó al suyo, los días martes y jueves entrenaban juntas después del colegio y no veía avances en la pelinegra.

Ahora mismo se encontraban en una cancha de fútbol cerrada con rejas de una plaza pública practicando y la rubia perdía la paciencia cada vez que la pelinegra pateaba la pelota a cualquier lugar menos al arco.

"¿Hiciste una prueba o algo así?" -siguió hablando Rosé.

"No, solo me anoté y me aceptaron" -contestó Lisa.

"Con razón" -susurró.

"Ahora sí realizan pruebas, pero mi puesto en el equipo está asegurado por entrar antes de que cambiaran el reglamento"

"Te felicito" -dijo la rubia con un tono fingido de alegría. "Ahora, ¿puedes patear hacia el arco? No es tan difícil, solo fíjate que el pie pegue en la parte baja de la pelota"

"Lo vengo haciendo, Rosé" -Lisa rodó los ojos- "Y la pelota sale volando para cualquier lado"

"Porque no le das dirección"

"Le doy dirección" -aseguró con un toque de irritación en su voz- "Yo apunto hacia el arco y pelota va a donde se le canta el culo"

"La pelota va a donde se le canta el culo porque estás pateando mal, ya te lo dije muchas veces"

"Hace un mes venimos así, no vale le pena seguir" -ella se esforzaba al máximo y no daba resultado, era mejor que terminaran con esto.

"No puedes darte por vencida, ahora eres titular" -detuvo a la pelinegra cuando vio que caminaría a la salida.

"Soy titular porque soy la única opción que tiene la entrenadora, si no nunca me pondría a jugar"

Luego de que Kristie fue llevada por una camilla el día del partido porque no se podía levantar, se sometió a estudios y revelaron que se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha. Realizó rehabilitación preoperatoria antes de la cirugía y tardaría entre 7-9 meses en recuperarse, por lo que era la oportunidad perfecta de Lisa de mostrar sus habilidades en la cancha ya que era su reemplazo, pero desde hace un mes se ganaba miradas de enojo por parte de la entrenadora y reproches de sus compañeras en los partidos porque nada le salía bien. En tres ocasiones pudieron a haber ganado y no empatado si ella no hubiera errado los goles y gracias a eso se posicionaban en el séptimo puesto en la tabla de fútbol femenino entre las escuelas de Miami.

"¿Y? Una vez que se recupere esa Kisha..."

"Kristie" -corrigió Lisa

"...no volverás a jugar y eso no tiene que pasar" -determinó Rosé- "Tienes meses para ser mejor que esa chica y demostrarle a la entrenadora que no mereces volver al banco. Por eso, esfuérzate un poco más, Lis"

"¿Piensas que no lo hago?" -la pelinegra dijo una pregunta retórica- "El fútbol no es lo mío"

"Te gusta el fútbol" -confirmó la rubia.

"Sí, pero soy un asco" -agachó la cabeza.

"Solo falta práctica, Lis" -le rodeó los hombros- "Mucha práctica" -acomodó la pelota delante de Lisa con el pie- "Remate al arco con un toque"

"¿Podemos descansar?" -preguntó Lisa con esperanza de que Rosé accediera a su petición.

"No"

El clima era mayormente soleado con temperatura alrededor de 25°C durante la tarde y a una rubia se le ocurrió salir de su casa y aprovechar este hermoso día para tomar aire fresco y sol. Les avisó a sus amigas, todas aceptaron y paseaban por los alrededores del centro de la ciudad hasta que se toparon con la entrada de la plaza y continuaron la caminata por el espacio público con un batido en sus manos.

¿Segunda oportunidad? - JENLISA g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora