Hace 16 años atrás, en un hospital estaba una madre quien luego de dar a luz sostenía a sus mellizos en brazos, ella los veía con ternura sintiendo su vida tener un brillo, ella junto a su esposo veían a sus ahora bebés dormir; ella les deposito a cada uno un dulce beso.
-Tu pequeña serás June - habló el hombre.
-Y mi niño, John - cooperó la mujer.
Meses atrás ya se habían puesto de acuerdo en quien nombraria a cada mellizo, a partir de ahí los años siguientes fueron un poco sencillos.
Para la familia el dinero no era problema pues, aquella mujer de cabellos oscuros es una de las mejores abogadas; por otra parte su esposo de cabellos grisaseos, juez de la corte.Años pasaron en aquel hogar y todo transcurría con normalidad, los mellizos crecían con cada día que pasaba, June fue la primera en dar sus primero pasos impresionado a sus padres por tan corta edad en la que lo hacía; por otro lado, John gateaba y parecía que le entretenía bastante, aunque sus padres esperaban más de él.
Los menores al tener la edad de cinco años estaban en su cuarto, pues lo compartían, jugando como cualquier otro día, John coloreaba uno de sus tantos libros y June con una de sus muñecas.
El pequeño peli plateado en su mano sostenía un crayon y en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba, se quedó confundido buscando el objeto a su alrededor pensando que tal vez había caído cerca. El grito de enfado de su hermana lo asustó mirándola confundido, aquel crayon lo tenía ella en su mano pero se cuestionaba algo.¿Cómo llego ahí?
-Yo lo tenía en mi mano... - se acercó a su contraria.
-Si estuviera en tu mano no lo tendría yo - respondió molesta.
June le entrego el objeto, pero la muñeca que sostenía ahora estaba en la mano de su hermano, ambos se miraron confundidos ya que en ningún momento le había entregado eso.
¿Que sucedía?
John decidió alejarse aún con la muñeca y el crayon en mano, cada uno estaba del otro lado de la habitación.
-¿Que haces, John? -
-Piensa que tienes la muñeca en tu mano - ordenó.
-¿Que? ¿Por qué? -
-Solo hazlo - pidió.
June suspiro pensando en su muñeca, ambos al parpadear se dieron cuenta que el objeto ahora lo tenía ella en su mano, los dos se asustaron por tal cosa, está vez, pensó lo mismo John ahora teniendo el juguete.
Los dos se miraron asombrados, por inercia empezaron a agarrar cosas al azar y hacer la misma acción, en un punto ambos estaban cerca mirándose con una sonrisa, tenían un gusto por los héroes y, ellos al parecer compartían un poder.
-¡Podemos ser héroes! Seguro mamá y papá estarán asombrados - decía June sonriente.
-Seremos héroes, super héroes - afirmó tranquilo manteniendo una dulce sonrisa.
Los dos salieron corriendo de su habitación para ir con su madre quien se encontraba en su oficina haciendo papeleo, a veces los niños no entraban ahí por petición de la mayor y, obviamente la obedecían sin quejarse, de todas formas, sus juguetes estaban en su habitación.
Ambos mellizos entraron con alegría casi gritando para acercarse a su madre, los dos al estar emocionados hablaban a la vez pero no podía entenderles.
-Oigan, tranquilos ¿si? Uno a la vez - calmo a su hijos. - June dime qué pasa, por favor -
-¡Seremos héroes, mamá! - afirmó. - John y yo tenemos poderes, mira -