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Noeul miraba hacia adelante, los faros de su auto iluminando el camino solitario que se extendía frente a ellos. La frontera estaba cerca, tan cerca que casi podía sentir la libertad al otro lado. Sin embargo, su mente seguía nublada por el miedo. No podía permitirse el lujo de relajarse todavía.

Seojun se había quedado dormido en el asiento trasero, con su cabeza apoyada en una almohada que Noeul había traído para él. Su respiración tranquila era lo único que mantenía a Noeul anclado en el presente, recordándole que tenía que ser fuerte por su hijo.

Mientras se acercaba al paso fronterizo, vio a lo lejos una pequeña garita con una sola luz encendida. Noeul respiró hondo, intentando mantener la calma. Sabía que no podían darse el lujo de levantar sospechas. Si lo hacían, todo su plan se vendría abajo.

Finalmente, el auto se detuvo frente a la garita, y Noeul bajó la ventana para enfrentarse al guardia de turno. Este era un hombre de mediana edad, con una expresión aburrida y algo desinteresada. Noeul agradeció en silencio la falta de atención en los ojos del guardia.

— con voz monótona — "Documentos, por favor."

Noeul le entregó los documentos que había preparado con semanas de anticipación. Había revisado todo cuidadosamente, asegurándose de que no hubiera errores que pudieran delatarlos. El guardia los examinó por un momento, sin prisa alguna, mientras Noeul sentía que su corazón latía con fuerza en sus oídos.

—devolviendo los papeles— "Todo en orden. Buen viaje."

Noeul forzó una sonrisa y asintió. —"Gracias."

Apenas el guardia se hizo a un lado, Noeul pisó el acelerador y el auto avanzó lentamente, cruzando la línea que marcaba el final de su antiguo mundo. Apenas estaban del otro lado, un suspiro de alivio escapó de sus labios, pero su alivio fue breve.

...

Boss, que estaba apenas a unos kilómetros de distancia, recibió una llamada urgente de uno de sus hombres.

—Señor, hemos localizado el auto de Noeul. Acaba de cruzar la frontera.

Boss apretó los dientes. Sabía que Noeul había planeado esto con precisión, pero no estaba dispuesto a rendirse. Miró la foto que tenía en su bolsillo, una imagen de tiempos más felices, cuando todo parecía perfecto. Noeul y Seojun sonreían a su lado, ajenos al destino que los aguardaba.

—murmurando para sí mismo— "No dejaré que te lleves a nuestra familia, Noeul."

Con esa determinación, Boss tomó una decisión. Sabía que tenía que moverse rápido, pero también sabía que Noeul no podría huir para siempre. Tomó el teléfono y comenzó a hacer los arreglos necesarios. Tenía contactos más allá de la frontera, gente que podía ayudarlo a rastrear a Noeul sin importar a dónde intentara escapar.

Mientras tanto, Noeul seguía conduciendo, con el corazón aún acelerado. Sabía que estaban lejos de estar seguros, pero al menos habían dado un gran paso hacia su libertad. Se dirigía a un pequeño pueblo donde planeaba ocultarse por unos días, para luego seguir adelante.

Pero algo en su interior le decía que Boss no se daría por vencido tan fácilmente. Y mientras seguía adelante, no podía sacudir la sensación de que el peligro seguía acechando, más cerca de lo que él quería admitir.

—mirando a Seojun a través del espejo retrovisor— "Voy a protegerte, mi amor. No importa lo que cueste."

A medida que la noche avanzaba y el auto seguía su camino por las carreteras solitarias, Noeul sabía que el verdadero desafío estaba por comenzar. Habían cruzado una barrera importante, pero la lucha por su libertad apenas comenzaba.

Y mientras Boss seguía estrechando el cerco, Noeul se preparaba para lo que fuera necesario para mantener a su hijo a salvo. Las próximas horas serían cruciales, y cada decisión que tomara podría ser la diferencia entre la vida y la tragedia.

...

Días después de haber cruzado la frontera, Noeul se encontraba en una pequeña cabaña que había alquilado en un pueblo casi desierto. Era un lugar tranquilo, con más árboles que personas, y exactamente lo que necesitaban para mantenerse fuera del radar.

Seojun estaba en la cocina, entretenido con un rompecabezas mientras Noeul preparaba el almuerzo. La tensión de los últimos días comenzaba a aliviarse, pero la tranquilidad seguía siendo una ilusión frágil. De repente, el teléfono de Noeul sonó, rompiendo el silencio. El corazón le dio un vuelco al ver el nombre de Khao en la pantalla.

— respondiendo rápidamente— "¿Khao? ¿Todo está bien?"

—con un tono despreocupado— "¡Hey, Noeul! No te preocupes, todo está bajo control. Tengo buenas noticias para ti."

Noeul no pudo evitar una sonrisa nerviosa. Después de todo lo que habían pasado, la idea de recibir buenas noticias era casi surrealista.

— "¿Qué sucede?"

— "Bueno, te alegrará saber que Boss… finalmente se ha cansado de seguirte."

—incrédulo— "¿En serio? ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?"

—bromeando un poco— "Digamos que perseguir a un fantasma durante días no es tan divertido como parece. Se ha rendido, más o menos. Y sí, eso significa que puedes regresar si quieres."

Noeul se dejó caer en una silla, aliviado, pero aún con cautela. Era difícil creer que Boss, con su determinación implacable, hubiera decidido dejarlo ir tan fácilmente.

— "¿No es una trampa?"

— "No, no lo es. Confía en mí, Boss está… cansado. Tal vez se dio cuenta de que perseguirte no iba a traer de vuelta el pasado. Además, creo que ha decidido centrarse en otras cosas."

Noeul soltó una pequeña risa, sintiendo cómo parte de la tensión abandonaba su cuerpo.

— "Eso suena… surrealista."

—con un toque de humor— "Bueno, Boss siempre ha tenido su lado dramático, pero incluso él tiene un límite. Tal vez necesitaba un recordatorio de que no puede controlar todo."

Noeul se quedó en silencio por un momento, asimilando la noticia. Aunque no sabía si podía confiar completamente en la situación, una parte de él quería creer que finalmente estaban libres.

— "Gracias, Khao. No sé cómo agradecerte lo que has hecho por nosotros."

— "No hay de qué, Noeul. Sabía que necesitabas un respiro. Ahora, ve a disfrutar de un poco de paz con Seojun. Y si decides regresar, asegúrate de avisarme para que pueda preparar una bienvenida digna."

Noeul sonrió y colgó el teléfono. Al menos, por ahora, la amenaza había desaparecido. Miró a Seojun, que seguía concentrado en su rompecabezas, ajeno al peligro que los había acechado.

— "Tal vez, después de todo, podamos tener una vida tranquila."

Seojun levantó la vista y sonrió a su padre. Noeul sabía que, independientemente de lo que el futuro les deparara, haría todo lo posible para que así fuera.

Holaaa perdón si fue o será solo un capítulo recién termine mi tarea y estoy cansada, estar 7 horas en clases cansa un poco TT pero ya pasó, mañana les traeré actualización de Angel's se los prometo y si no se los doy matenme ^^

Emergencia Emocional 2: Cicatrices Del Pasado y ¿Perdón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora