"I wanna be your slave."

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Ambos corrieron hasta la casa más cercana, la del castaño, hablaban de cualquier cosa mientras disfrutaban de la compañía del otro, sus manos entrelazadas en todo el trayecto les ayudaba a quedarse cerca. Llegaron a la casa de By2002 y se volvieron a besar, ahora, mucho más desesperados que antes, con un toque de necesidad y lujuria, se acostaron donde pudieron y siguieron con su beso, se sentían acalorados por haber caminado tanto, sin contar el combate que habían tenido hace poco, By2002 se separó un poco del pelinegro, pero poco pudo hacer antes de que Mucasa lo volviera a atrapar en otro beso, aún más fuerte. Cuando al fin se separaron, no pudieron evitar reír.

"Desesperadin, eh."

"Ya ves lo que me haces." - El castaño se levanta y empieza a curar su ojo y su frente, poniéndose un parche en éste para que se pudiera curar.

"Dos veces me jodiste el ojo."

"Y si puedo te voy a joder completo, Aquinito."

Mucasa había llegado a abrazarlo por detrás, algo que simplemente le hizo suspirar con ternura, nunca le había gustado ese apodo, pero si lo decía él, se lo aceptaba. By2002 se volteó y nuevamente fue aprisionado por los labios de Mucasa, que llegaron desde sus labios hasta su cuello, dándole mimos que pronto iban subiendo de tono, estaban tan ocupados queriéndose que no se dieron cuenta que aún seguían en la sala, Mucasa fue el primero en percatarse de esto, separándose del castaño y dándole un beso en la frente.

"Aún no estamos en tu cuarto."

"¿Y qué estamos esperando?"

Ambos fueron al cuarto y cayeron en la cama, sumidos en un beso desenfrenado y caliente que los hacía suspirar y gemir, Mucasa agarró a By2002 de los brazos para separarlo, mientras empezaba a darle besos en el cuello y algunas mordidas, el otro solo se limitaba a suspirar y respirar de forma entrecortada, deteniendo en su boca los gemidos que querían escapar. No se podían separar, sus cuerpos parecían pegados con pegamento, no necesitaban estar lejos, el calor solo los iba consumiendo más y más hasta que la ropa se había vuelto molesta para ambos.

Mucasa empezó a quitarle el saco y la camisa, dejando su torso descubierto y listo para ser marcado, el pelinegro empezó a besar y chupar su cuello, sin mucho apuro, pero el desespero los estaba llevando a un nivel que ninguno de los dos conocía. Sin esperar mucho, Mucasa empezó a mordisquear los botones rosados del chico sin ningún aviso, haciendo que éste soltara un gemido que no pudo guardar, tapando instantáneamente su boca con su mano.

"Quítate la mano de la boca." - Pero el chico hizo caso omiso, haciendo que el pelinegro usará magia para poner sus manos arriba de su cabeza.

"N-no se vale usar magia." - El castaño usó magia para quitarle la camisa al chico, sonriendo al ver su cuerpo en forma.

"Que atrevido."

Mucasa siguió devorando su cuerpo mientras el otro se limitaba a gemir y a suspirar, su cuerpo pálido empezaba a tener un color rosado gracias a los chupones y las mordidas, el pelinegro miraba con orgullo su obra de arte mientras el castaño intentaba mantener la calma mordiendo su labio inferior, pero no era suficiente y ya le estaba saliendo sangre de su boca. El de ojos violetas volvió a besar sus labios como si fuera la última vez que lo haría, se notaba que ambos se amaban desde hace mucho y estaban necesitando ese contacto desde antes. Mientras esto sucedía, Mucasa empezó a quitarle su pantalón y acarició por encima del boxer el pene del chico que ya estaba despierto, sonrió entre besos sintiendo como el chico temblaba bajo él, lo miró después de despegarse, se veía tan lindo, estaba sudando y su cabello se le pegaba a la cara, sus ojos entreabiertos y su boca largando grandes bocanadas de aire, su cuerpo temblando y sus cachetes rojos eran todo lo que necesitaba para seguir con la acción.

¿Mucasa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora