Me hacía falta mucho más que mil súplicas para impedir su ausencia, pero mi boca se quedó muda y su oído ya no tenía ganas de funcionar. Por que usted me llenaba con sus brazos de calma, ¿será que tampoco se irá mañana?.
U n o
Me hacía falta mucho más que mil súplicas para impedir su ausencia, pero mi boca se quedó muda y su oído ya no tenía ganas de funcionar. Por que usted me llenaba con sus brazos de calma, ¿será que tampoco se irá mañana?.