❃.✮:▹Capítulo Tres◃:✮.❃

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South Park al medio día:

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South Park al medio día:

—¡Entren!, sean bienvenidos a mi humilde tienda, ¿qué están buscando? —inducía Craig a las personas que habían entrado a su negocio, observando como los posibles clientes se interesaban en conocerle su pequeño local.

Ese día, el monstruo había abierto su tienda del horror, aprovechando que la víspera de Halloween se acercaba a pasos agigantados, llamando la atención de los futuros compradores que recorrían las calles, buscando adornos y disfraces para la noche de brujas, cosa que le convenía mucho al estadounidense en vender sus productos diversos que estaban exhibidos en las diferentes vitrinas, para así mismo ganar un buen dinero por está festividad.

De igual manera, una atracción principal se exhibía en todo el centro de la tienda: Una preciosa muñeca de porcelana, de tamaño real sostenida por un soporte desde la altura del techo, que va sujetada de diversas cuerdas, hacia lo largo del piso, como sí se tratará de un títere, posicionado en un banquillo de madera.

—¡Es una preciosidad!, incluso parece que fuera un jovencito de carne y hueso —comentó una mujer adulta con gran admiración, acariciando suavemente el rostro de aquella muñeca.

¡Sí supieran!, que esa muñequita dorada, fue un joven que hace poco perdió su libertad por culpa de su dueño.

Lamentablemente, el destino de Tweek se había convertido en las dos razones egoístas de su propio dueño:
1) Ser el entretenimiento personal de Craig Tucker.
2) Y un excelente recurso para atraer clientes a su propia tienda.

Entonces, todos los días del año, el rubio tenía que quedarse inerte en esa silla, desde la vez que fue secuestrado.

Tweek vivía una horrible pesadilla, de la cual no podía despertar.

En consecuencia, las personas entraban a la tienda de su dueño solamente para admirar a la atracción principal, de la cual, ya se rumoraba, entre los mismos habitantes del pueblo de Colorado.

—¡Qué belleza de muñeca!, ¡nunca había visto una así! —exclamó con asombró otra voz femenina; pero está vez se trataba de alguien más joven.

«¡Queeeeé...no soy una muñeca!»

Reprochó el rubio en su interior.

—Esta es la muñeca de porcelana más grande que yo haya visto en mi vida —declaró enseguida una voz varonil.

«Soy un joven de verdad, no me digan así...»

Siguió reprochando Tweek en su interior.

—Mis respetos al que la hizo, sus detalles son tan precisos y finos a la vez, que dejan volar un poco la imaginación —musitó un señor, ya mayor.

«Señor, yo no soy una muñeca. Soy un joven como usted lo es, de carne y hueso»

Cada vez que alguien mencionaba la palabra muñequita, el corazón de Tweek se rompía cada vez más, sintiendo un dardo que le lastimaba su órgano latente.

💮ησ ѕσу υηα мυη̃є¢α 💮 ❝Creek❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora