"Incertidumbre"
Axel
Me siento en el borde de mi cama, sosteniendo el teléfono entre mis manos, mientras la voz de Hellen resuena al otro lado de la línea. Es un día gris y melancólico; la lluvia golpea suavemente las ventanas, creando un ambiente que refleja el torbellino en mi mente.
El sonido del agua cayendo se mezcla con mis pensamientos, como si cada gota tratara de calmar la tormenta que se agita dentro de mí. Estoy perdida en la imagen de una chica de cabello negro y ojos grises, una imagen que me persigue como una sombra.
—¿Y cómo sigue todo? —pregunta Hellen, con un tono ligero que intenta ocultar la preocupación que se asoma entre sus palabras. Su voz es un ancla en este mar de confusión.
—Eh... bien, supongo —respondo, esforzándome por sonar despreocupado. Pero la verdad es que cada vez que pienso en Emma, mi corazón se encoge y se siente como si una piedra cayera en mi estómago—. Emma preparó un té que me bajó la fiebre y, cuando estuvo segura de que ya estaba bien, se fue.
—¿Y qué hay de ella? —su pregunta surge como un rayo en medio de mi tormenta interna, iluminando la oscuridad en la que estoy sumido.
Es como si Hellen pudiera ver más allá de mis palabras y captar lo que realmente siento. Respiro hondo, sintiendo cómo una mezcla de emociones me ahoga. El recuerdo de Emma es agridulce; su risa aún resuena en mis oídos y su aroma a vainilla parece flotar en el aire.
—Emma... —empiezo a decir, dudando. ¿Cómo puedo explicarle a Hellen lo que realmente siento?— No hay nada de ella. Solo vino porque tú le dijiste que estaba enfermo.
Hellen guarda silencio por un momento. Puedo imaginarla frunciendo el ceño, como siempre hace cuando algo le preocupa. Su empatía es palpable incluso a través del teléfono.
—¿Y cómo te sentiste al verla? —pregunta finalmente, rompiendo el silencio con suavidad.
Cierro los ojos y recuerdo ese instante en que volví a verla en aquella cafetería. La luz tenue del lugar parecía resaltar su belleza; sus cabellos oscuros caían sobre sus hombros como cascadas suaves. Es un dolor dulce y punzante a la vez, un recordatorio constante de lo que perdí.
—Es... complicado —admito sin atreverme a decir nada más.
La verdad es que cada encuentro con ella es una batalla entre el deseo y el miedo.
—Sé que ella te dejó, Axel —habla Hellen suavemente—. Y aunque solo la he visto una vez, pude notar un gran arrepentimiento en sus ojos. Más que eso, también vi amor; mucho amor.
El orgullo me dice que no, pero mi corazón grita lo contrario. La imagen de Emma mirándome con esos ojos grises llenos de emociones me persigue como un eco persistente.
—Tal vez... Pero cada vez que me acuerdo de ella, siento que todo lo que pasó no importa tanto. Es como si el tiempo no hubiera pasado —digo, sintiendo cómo las palabras fluyen fuera de mí como un torrente incontrolable.
Hellen suspira al otro lado de la línea, y puedo sentir su preocupación envolviéndome como una manta pesada.
—¿Y qué vas a hacer?
Miro por la ventana mientras las gotas de lluvia corren por el cristal, formando caminos inciertos y efímeros. Cada gota parece llevarse consigo una parte de mis pensamientos confusos.
—No lo sé... Siempre intento obligarme a dejarla ir, pero luego recuerdo por qué me enamoré de ella en primer lugar.
La voz de Hellen se vuelve más suave y comprensiva.
—¿Y eso te duele?
—Sí —respondo con sinceridad—. Es doloroso tenerla tan cerca y no poder tenerla completamente. Es como si estuviera justo al alcance de mi mano y aun así tan lejos. Un constante tira y afloja entre lo que deseo y lo que es posible.
Hellen guarda silencio otra vez, dándose espacio para procesar sus pensamientos antes de hablar nuevamente.
—Axel... si sientes eso por ella, tal vez deberías decírselo. No puedes dejar que el orgullo hable por ti siempre. La vida es demasiado corta para vivir con arrepentimientos.
Sus palabras resuenan en mi mente como un eco persistente. ¿Podría realmente arriesgarme a abrirme a ella otra vez? La idea me aterra y emociona a partes iguales; es como estar parado al borde de un acantilado sin saber si saltar o retroceder.
—Tal vez... tal vez tengas razón —murmuro finalmente—. Pero tengo miedo de volver a caer y ser herido otra vez. No sé si tengo la fortaleza para enfrentar ese dolor nuevamente.
Hellen sonríe a través del teléfono; puedo sentirlo incluso a distancia. Su luz siempre ha sido un faro en mis momentos oscuros.
—El amor siempre implica riesgos, Axel. Pero también puede ser hermoso; puede traerte una felicidad inmensa si te atreves a abrir tu corazón nuevamente.
La conversación continúa mientras me sumerjo más en mis sentimientos por Emma, sintiendo cómo cada palabra me acerca un poco más a la decisión que sé que debo tomar. En el fondo, deseo aferrarme a esa chispa de esperanza, aunque esté rodeada de incertidumbre.
La lluvia sigue cayendo afuera mientras mi mente gira alrededor del mismo dilema: ¿debo arriesgarme por amor o seguir protegiéndome del dolor?
Mientras cuelgo el teléfono después de hablar con Hellen, miro nuevamente por la ventana hacia el cielo gris plomizo e inhalo profundamente; quizás sea hora de dejar atrás los miedos y enfrentar mis sentimientos cara a cara con Emma.
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La teoría de las constelaciones ©(✔️)
Historia CortaEn una constelación donde el orgullo puede ser más fuerte que el amor, Emma y Axel se reencuentran en la encrucijada de sus sentimientos. Después de dos años de una hermosa relación que se desvaneció por malentendidos y rencores, el orgullo decide s...