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Narrador/a:
Él sabía que lo miraba atentamente, cada movimiento, cada acción que su persona hacía; él lo observará fijamente, cada vez que se mueva. Y aquello le encantaba.
Lionel Andrés Messi Cuccittini o simplemente conocido como Lionel Messi. Un hombre argentino menor que él, campeón del mundo, y aquel que mataría por estar con el mexicano solo una noche; esto último dicho por él mismo. Y quien lo amaba profundamente.
Por el otro lado, se encontraba Fransisco Guillermo Ochoa Magaña, un hombre que ocultaba algo, un gran secreto que solamente el hombre argentino sabía.
Claramente ambos llevaban un juego a escondidas del mundo, dónde los dos ganaban más de lo que daban. Simplemente, una aventura en la que juntos, eran felices.
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Guillermo se encontraba apunto de entrar a la ducha, su "amante", Lionel veía desde la cama de la habitación, cómo el mexicano sacaba de su cuerpo cada prenda que lo cubría.
Al llegar a la ropa interior, el menor pudo observar que su acompañante, llevaba aquel cachetero de encaje negro que le había regalado en su cumpleaños, algo que lo emocionó, al punto de hacer que su miembro le lastimara de la gran exitacion que sentía al ver a su "amante" con aquella prenda puesta.
Y aunque Ochoa estuviera de espaldas, sabía que su "pareja" observaba cada una de sus acciones, y mas ahora que se encontraba con aquello puesto. Lentamente se deshizo de lo único que lo cubría, ante la atenta mirada del contrario.
Después de esto, entro a la regadera, dejando la puerta de cristal de la ducha, abierta. Abrió las llaves del agua, dejando salir un chorro de aquel líquido, mojando su cuerpo lo más completamente posible.
Se alejó un poco de la cascada que caía sobre él, y puedo observar como Messi se encontraba en la entrada del baño, frotando su erección, que yacia bajo su ropa interior.
Francisco sonrió ante aquello, para después comenzar a enjabonar su cuerpo, con el jabón líquido que tenia a su lado. Primero, paso un poco de este por su pecho, comenzando a frotarse aquella parte del cuerpo ante la mirada del hombre que estaba ahí.
Poco a poco comenzó a enjabonar cada parte de su cuerpo, desde sus brazos hasta sus piernas, dejando lo mejor para el final.
Saco un poco más de jabón sobre sus manos, para después comenzar a frotarlo sobre su pelvis, recién depilada. Miro al argentino, quien se mordía el labio ante la imagen que presenciaba, mientras se masturbaba al ver al mexicano tocarse cada parte del cuerpo.
Él solamente sonrió al lograr hacer, que el menor se excitará con solamente sus acciones, por lo tanto lo recompensaría con algo más, que solo verlo tallarse el cuerpo.
