ℳ || ¿Por qué es más fácil empezar que terminar? Mejor dicho, ¿Cómo terminas algo que nunca tuvo un comienzo?
El no sabía que sus besos, sus caricias y su compañía iba ser difícil de olvidar. Más bien, Harry no tenía ni idea de qué sus besos mataba...
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El pequeño cuerpo del Pelinegro azoto con fuerza entre esas paredes llenas de moho y agua, su espalda desnuda se raspó al tener un ligero contacto y sus pálidos labios titiritaron del frío e intento abrazarse así mismo en un vano intento de aliviar el dolor que emergía de su esquelético cuerpo, el viento junto a la lluvia no podían serle mas útiles en ese momento, tapando sus fuertes sollozos y quejidos.
¿Cuanto más faltaba? solo quería que eso parara, que por favor algo lo salvara de ese horrible momento, pero, ¿el que podría hacer? era un niño, el no tenía derecho alguno a replicar, por que sus tíos en cambio solo le han dado un techo y un lugar para dormir durante años, ellos son grandes, el es un niño, ellos tienen la razón, no el.
—Todo esto es tu culpa, potter. —murmuró su tío, cerrando con fuerza la puerta grande de madera. —Mira a lo que y a donde tuvimos que acudir por esas estupidas cartas.
Harry agachó su cabeza, su cabello empapado calló a los lados dejando escapar ligeras gotas de agua, no sabía que punto del frío mármol miraba en si, sus lentes habían sido arrebatados antes de meterse a la habitación en la que ahora se refugiaban solo para evitar romperlos ante la golpiza que recibió, justo ahi el solo veía borroso y casi nulas sombras, el no podría vivir sin esos anteojos. Pero, justo en esos momentos, Agradecía no poder ver nada.
