Canciones para Fina

Capítulo 3: El reloj

Nuevo capítulo!

Lo primero que quiero es decir GRACIAS por las cosas tan bonitas que estoy leyendo sobre este fic. Para mí es un honor enorme ver que lo disfrutáis y que recorréis todo el abanico de emociones que yo pienso mientras escribo. Conseguir algo así es el éxito del escritor, y me hace muy feliz verlo, es la mejor recompensa, así que millones de gracias.

Lo segundo es que juro solemnemente sobre el diario de Marta de la Reina que este capítulo estaba escrito mucho antes de que empezase como tal el dramita que estamos viviendo en la novela, así que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia (y creo que hay mucha coincidencia, ya me daréis la razón, parece que tengo algo de ojo clínico en mi intuición!).

Y ya sin más, capítulo 3 de "Canciones para Fina": "El reloj".

Escuchad la canción, que lo vuelve todo mucho más intenso!

Espero que lo disfrutéis, y que me lo contéis después, que es la mejor parte de todo esto.

Nos leemos pronto!

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BANDA SONORA: El reloj - Roberto Cantoral (1957)

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Reloj, detén tu camino, porque mi vida se apaga.

Ella es la estrella que alumbra mi ser,

yo sin su amor no soy nada.

Detén el tiempo en tus manos,

haz esta noche perpetua.

Toledo, 12 de noviembre de 2004

Hola, Amor,

Escribir la primera carta para ti ha renovado mis fuerzas. Me ha dotado de una ilusión inesperada por hacer todo esto con el mayor mimo posible, por tratar de lograr algo que pueda hacerte feliz, para que cuando tú lo encuentres puedas sentirme muy cerca de ti. Es tan extraño esto de pensar en cómo el mundo seguirá girando cuando yo no esté aquí... Escapa por completo a mi entendimiento. Pero así será, los días no dejarán de sucederse, y al menos yo sé que una parte de mí se quedará contigo y vivirá en ti, porque tú eres mi Hogar, y yo te pertenezco por completo.

Las noticias que nos rodean, y que me implican de manera directa, son absolutamente nefastas, y es cierto que hoy no ha sido una buena mañana, pero yo sólo puedo pensar en resistir el dolor y aguantar el tirón para poder seguir dedicándote todos los minutos que me resten. Acabas de quedarte dormida junto a mí, porque estás derrotada, y yo no puedo más que perderme en la belleza de tu rostro tranquilo mientras escribo, y pensar una vez más en lo agradecida que me siento de tenerte. Soy plenamente consciente de lo agobiada y preocupada que estás, aunque quieras disimular delante de mí, y del sufrimiento tan grande que te supone enfrentar todo esto. Pero eres tan valiente, Fina... Si la situación fuese contraria, yo me habría dejado vencer por el desánimo y la pena, y me habría quedado sin ganas de seguir levantándome por las mañanas. Tú, en cambio, sigues aquí, con tu sonrisa inquebrantable, con todo tu amor y tu paciencia, cuidándome y desviviéndote por hacer todo lo que esté en tu mano para contribuir a mi bienestar. Por eso sé que estarás bien cuando yo tenga que dejarte, porque eres capaz de arrancarte las fuerzas de donde no existen para seguir adelante. Y yo con todo esto sólo pretendo aliviar un poco tu pesar, aunque en el fondo sé que no lo necesitas. Resistirás como una jabata, y yo te admiraré profundamente desde donde esté, como he hecho siempre.