A BASE DE GOLES || HÉCTOR FORT

8 || Una tarde con Héctor Fort

Barcelona: Septiembre, 2023

MARA

Me desperté como de costumbre, me froté los ojos con el dorso de la mano y parpadeé para acostumbrarme a la claridad de la habitación, bostecé y miré a mi alrededor, parando en la cama de mi mejor amiga. La cama estaba perfectamente hecha, con un par de arrugas y lo que más me extrañaba: Estaba vacía.

Dirigí mi mirada al despertador, todavía quedaban diez minutos para que el sonido de la alarma hiciese acto de presencia, lo que me extrañó aún más, normalmente Sofi intenta dormir hasta el último minuto. Me levanté de la cama y comencé a buscarla por la habitación, el sonido de la puerta del baño abrirse me sobresaltó, me llevé una mano al pecho al ver que solo era la valenciana que tanto buscaba.

— Joder, Sofía. Que susto. — jadeé.

Ella soltó una risita.

— No hace gracia. — dije seria, ella rodó los ojos divertida y se acercó a mí.

— Perdón, perdón. — volvió a reír — No te quería despertar. — pasó por mi lado sentándose en su escritorio, empezando a guardar sus cosas en la mochila.

— ¿Cómo es que hoy te levantaste tan pronto? — inquirí.

— No sé, simplemente me desperté. — respondió con indiferencia — Por cierto, tengo que hablar contigo. — giró su silla hacia mí.

— Dime.

— Verás, hoy después de clase he quedado con Marc para hacer los deberes. — comenzó nerviosamente.

— ¡Eso es estupendo! Me alegro mucho. 

— Eso no es todo, Mara. — suspiró — A ver, el caso es que si podíamos estudiar aquí. — fue bajando su tono de voz.

— Sí, no hay problema, iré con Pau y Lamine. — ella me cortó.

— ¡No! Mejor... ¿qué te parece si vas con Héctor?

— ¿Con Héctor Fort? — pregunté en un hilo de voz.

— ¡Sí! ¡Con Héctor Fort! — habló ilusionada.

No quería que se sintiese mal, notaba que le hacía feliz estar con Marc y no quiero que se preocupe por mí, así que accedí, de todos modos no iba a ser tan malo, ¿verdad?

— Sí, no pasa nada.

Su sonrisa se amplió y me abrazó con fuerza.

— Eres la mejor.

Correspondí su abrazo con una sensación cálida en el pecho.

⚽⚽⚽

— Estoy hasta las narices de Íñigo. — se quejó mi amiga del profesor de economía mientras salía de su clase.

Reí por su molestia.

— Al menos no tienes biología, si la tuvieses te querrías tirar por un quinto. — le aseguré.

— Ya eh, menos mal que estoy en el social. — rió celebrando.

— ¿A qué hora quedaste con Marc? — pregunté cambiando de tema.

— Sobre las cuatro vendrá a la habitación, Héctor estará en la de los chicos, puedes ir ahí si quieres, dudo que le importe.

No había hablado con el futbolista rizoso desde la noche de la fiesta, no habíamos intercambiado ninguna palabra desde aquella conversación, una conversación que, al menos para mí, había sido de las más personales y especiales que había tenido con alguien. Esa noche al entrar en mi habitación me tumbé bocarriba en mi cama, una sonrisa tonta iluminaba mi cara. Fue ahí cuando me empecé a preguntar si eso había sido causado por Héctor.