Killer vivía atrapado en un abismo profundo, donde los ecos de sus pecados lo mantenían anclado en la oscuridad. A diferencia de otros, no encontraba remordimiento en ello. Al contrario, se enorgullecía de las atrocidades que había cometido.
Al principio, Killer se resistía a las manipulaciones de Nightmare, negándose a caer bajo su control. Sin embargo, este era un maestro en infiltrarse en la mente de los demás, y con el tiempo, Killer sucumbió a sus palabras. Buscaba poder y algo que le distrajera de su propia monotonía, y Nightmare le ofreció justo eso. Cabe mencionar que la Chara del mundo de Killer tuvo una gran influencia en ese entonces, lo que atrajo la atención de este ser de oscuridad. Así, comenzó su descenso, cada vez más profundo, reiniciando su propio mundo una y otra vez, con actos más atroces que los anteriores, hasta perderse por completo en la locura. Nightmare, aunque fuese el detonante, también se convirtió en su única compañía.
En aquel abismo, Killer encontró una retorcida forma de confort. Sin embargo, existía una luz que constantemente amenazaba con romper la oscuridad que lo rodeaba: sus gatos. Aquellos animales lo hacían sentir algo parecido a la paz, lo cual enfurecía a Nightmare, pues esa energía positiva era un faro que podría atraer a Dream. No podía permitirlo. Así que, en un acto de crueldad, Nightmare decidió deshacerse de uno de los gatos de Killer.
Era cruel, sí. Pero para Nightmare, era necesario.
Con el tiempo, Killer se volvió completamente dependiente de Nightmare. Nightmare había asegurado que nadie más pudiera acercarse a él, corrompiéndolo hasta el punto de aislarlo. Color Sans fue uno de los pocos que intentó salvar a Killer, luchando para devolverlo a su estado original. Se acercaron, y este encontró en Color algo que no esperaba: seguridad, una pequeña chispa de luz en medio de su oscura existencia.
Sin embargo, la esperanza nunca estuvo de su lado. El destino parecía decidido a mantener a Killer en las sombras. Tras un tiempo, Killer dejó de ver a Color, y Nightmare aprovechó cada oportunidad para intentar borrar esos recuerdos. Trató de convencer a Killer de que Color nunca había sido real, que todo había sido una mera ilusión. Pero los recuerdos se aferraban a Killer, persistiendo incluso cuando él mismo fingía haberlos olvidado.
A pesar de su lealtad hacia Nightmare, Killer no podía evitar recordar a Color. Aunque ya no veía esa luz tan a menudo, no podía negar que el colorido esqueleto había sido la única salida que alguna vez vislumbró en su oscuro pozo.
-Te extraño...- resonó de repente en su mente, sacándolo de sus pensamientos.
Killer, sobresaltado, abrió los ojos. Había terminado su misión, y ahora solo le quedaba esperar las órdenes de su jefe. A menudo, era difícil encontrar a Nightmare cuando este desaparecía, y en esos momentos de soledad, Killer solía sumergirse en pensamientos caóticos.
-¿Puedes oírme... verdad?- La voz volvió a sonar, y Killer intentó ignorarla, convencido de que solo era su mente jugándole una mala pasada.
-Es imposible que estés aquí. No eres real- murmuró para sí mismo, con un deje de frustración.
-Podría ser una ilusión... pero lamentablemente, no lo es.
Killer frunció el ceño, su pulso acelerado.
-¿Qué?-preguntó, confundido y desconcertado.
-Ha pasado un tiempo, Killer.- La voz que tanto conocía, la voz que jamás había podido olvidar, volvía a resonar, clara y palpable, desafiando todo lo que Killer creía real.
-¡Volviste...! -Killer corrió hacia Color apenas lo vio aparecer. Sin pensarlo, tomó las mejillas de su compañero con fuerza y se abalanzó sobre él-¡Eres tú! -exclamó con vehemencia, aliviado de que no fuera otra ilusión de su mente.
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Alma Perdida [Errorink] Esc +18
FanficAdvertencia: Hay pequeños detalles tomados de Underverse y adaptados a la historia. Espero que sea de su agrado. Como punto extra planeo que Ink y Error sean versátiles.