❝Todos los problemas de Lee HeeJin, o como ella se hace llamar; Jeon HeeJin, están comenzando a salir a la luz y por suerte o por desgracia no cuenta con el apoyo de su familia y sus hermanos, los cuales creen que la causa de su actitud de "chica pr...
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El timbre sonó, anunciando el final de las clases, y me apresuré a recoger mis cosas. A medio camino hacia la puerta, vi a EunChae acercarse con pasos inseguros, su mirada cargada de algo que parecía inquietud.
—HeeJin... Yo... Emmm... —murmuró, intentando reunir valor para decirme algo.
Le di una mirada rápida mientras terminaba de guardar mis libros. En otro momento quizá hubiera escuchado lo que tenía que decir, pero hoy no. Sin decir nada, apreté el paso y salí disparada del instituto. Afuera, Ricky me esperaba apoyado despreocupadamente contra la pared, su sonrisa era brillante.
«¿Por qué siempre se ve tan guapo?» pensé, sintiendo mi corazón comenzó a latir un poco más rápido.
—Ey, nena —me saludó, pasándome un brazo por la cintura y dándome un beso en la frente—. Mañana por la tarde: pizza, peli, manta, tú y yo. ¿Qué te parece?
—Mmm... suena tentador —dije riendo mientras él me daba vueltas. La verdad es que, después de esta semana tan complicada, lo único que quería era un momento tranquilo con él—. Pero, la gran pregunta es... ¿dónde?
Ricky se encogió de hombros, dándome esa sonrisa que siempre me derretía.
—En mi casa —dijo, despreocupado—. Sólo estará mi madre.
Me relajé al oírlo; me sentía más cómoda así, sabiendo que su padre no estaría rondando. Lo poco que Ricky había mencionado de él era suficiente para hacerme desear nunca cruzármelo.
Al día siguiente, después de unas cuantas mentiras estratégicas para cubrir mi plan —mis padres pensaban que iba a la universidad a llevarle comida a MinHee y luego a un entrenamiento de baloncesto de JiWoong— me encontré con Ricky en la esquina de mi calle. Su cara se iluminó en cuanto me vio.
—¿Cómo has convencido a tus padres? —me preguntó, con esa media sonrisa.
—Con algunos trucos —dije burlona—. Les dije que iba a ver a JiWoong y a mi hermano.
—Eres terrible. —Ricky soltó una carcajada, y yo no pude evitar reír también, balanceando nuestras manos con cariño.
Caminamos hacia su casa tomados de la mano, hablando sobre qué película ver. Aunque ambos teníamos gustos distintos, una de terror siempre era una apuesta segura. Cuando entramos en su casa, entre risas y bromas, su madre nos recibió con una calidez que no esperaba. —Oh, eres Lee HeeJin, ¿verdad? —dijo mientras me daba un cálido abrazo. Era tan diferente de lo que imaginaba, parecía encantada de verme ahí. Le respondí con un tímido "sí" y una sonrisa. —Ricky nunca trae amigas —continuó con una sonrisa burlona—, sólo a ChanHee, y ya estaba comenzando a sospechar.
Una ráfaga de calor subió a mis mejillas.
«¿No le ha dicho a su madre que estamos saliendo?» pensé, y a la vez me di cuenta de que yo tampoco lo había hecho. Nadie más lo sabía, excepto mi hermano MinHee.
