Septima parte: Una nueva Era

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Aclaración:
"Esta es mi primera FanFiction de reencarnación; espero estar a la altura para crear una historia interesante; tal vez haya algún error ortográfico, pero intentaré mejorar a cada nuevo capítulo. Jujutsu Kaisen no me pertenece ni los personajes y las imágenes, solo la historia, crédito a sus verdaderos autores".
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Después de unos años, exactamente 6 años, se había hecho mucho más amigo de Akira y gracias a eso Aki pudo tener algunas informaciones de técnicas, como utilizar su técnica en símbolos y conocimiento de creaciones de barreras. Otra información que le fue útil fue conocer la existencia de un hombre herrero, pero lo interesante fue que a veces aquel hombre creaba armas malditas. Aki tenía el conocimiento de que muchas de las armas malditas eran creaciones de propios hechiceros, infundiendo energía constante en sus armas y con el tiempo convirtiéndola en objeto maldito. Decidido salió de la escuela de jujutsu, ya que aunque no pudiera avanzar por culpa de su edad, los profesores y el director ya le consideraban un alumno graduado. Durante aquellos años visitó a su madre y a sus mejores amigos. Naomi decidió casarse con Jun, ya que los dos eran felices juntos, y bueno, yo estuve en la boda y más una vez limpié el pueblo de maldiciones.

Ya después de aquello, Aki viajó por Japón y logró encontrar al herrero maldito. Fue difícil aprender su técnica, ya que primero, aquel hombre tenía una técnica maldita llamada "Creación Maldita". Él infundía energía maldita en sus herramientas y en el yunque para después tomar los materiales e infundir energía en ellos hasta que se formaran grietas, después de eso, o bien podía fabricar el arma que dependiendo de la cantidad de energía podía ser de tercera o cuarta clase o podía cazar una maldición para fundirlas en el hierro para transformar el arma en una clase superior. El hombre hizo un voto vinculante conmigo que me iba a enseñar sus técnicas, pero en cambio iba a proteger a cada descendiente que tuviera la técnica. Acepté, pero con la condición de que me iba a proteger solo si no se transformaba en un usuario de maldiciones (un asesinó o una persona cruel). Él estuvo de acuerdo y más un año se pasó, al parecer, tanto las herramientas como él, yunque eran malitos por tantas generaciones, utilizándolas para crear armas. Poco a poco fui aprendiendo; primero creaba armas normales y estudiaba su técnica, después diseñaba y aprendía las propiedades de los metales y por último tenía que vivir como su familia, despertarme por la madrugada, preparar la herrería, limpiar todo, asegurarme que los materiales estuvieran bien y por último convivir con su familia, que eran muy amables conmigo.

Lo bueno de aprender con el viejo es que mi energía y mi control mejoraron uno gracias al objeto maldito que me dio Akira Gojo y porque si ponía demasiada energía en el metal, este explotaría y no guardaría la energía. Me encontraba en la herrería fabricando algunos anillos para mí, hasta que el hombre llegó. Su apariencia era buena, no era el más guapo del mundo; era calvo, con una barba de candado, unas ropas viejas y manchadas de carbón, su cuerpo era fuerte, aún que era un poco gordito y su altura era de un hombre de 1'85 metro. Este me miró serio y habló —"Bien, muchacho, es hora de crear tu arma maldita" —lo miré serio y luego sonreí —"Está bien, señor Ken" —ese me dijo que empezara con los preparativos y que me concentrara en mi arma. Me había dado cuenta de algo; mi estilo Soryu era bueno, pero sabía que podía hacerlo mejor, entonces iba a cambiarlo; ya no iba ser un estilo de puños, iba ser un estilo de espada con cortes. Así que empecé a diseñar mi arma, iba a crear una Ninjato, pero no iba a doblar el hierro como los japoneses lo hacían; iba a buscar mi hierro y crear mi arma con una cualidad increíble.

Primero tuve que salir para buscar todo, materiales y si quería una maldición. Los materiales no fueron fáciles, ya que no sabía donde buscarlos, pero lo había logrado con ayuda del clan Kamo, a quienes les dije que compraran mucho hierro. Con eso asegurado, busque una maldición adecuada para mi arma, una con energía suficiente. Ahí fue donde encontré una maldición de grado uno, al parecer era el miedo de las personas por las sombras; decidí enfrentarla para obtener su poder.

Un nuevo hechicero en la Era MeijinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora