Sueños compartidos, corazones conectados.
La búsqueda de Ophelia sobre ese misterioso chico que habita en sus sueños la llevará a descubrir la verdad sobre su destino.
El príncipe Ben estaba parado, mirando por la ventana, mientras un modisto terminaba los últimos detalles de su traje.
_¿Cómo es posible que vayas a ser coronado rey en un mes?- mencionó el rey, su padre, mientras entraba a la habitación del brazo con su esposa, Bella, de la mano- Eres un bebé.
_Hola, papá- dijo Ben al percatarse de la presencia de sus padres.
_¿Dieciséis?- preguntó su padre mientras se quitaba los lentes- Eres muy joven para ser rey, yo no tomé una buena decisión hasta los cuarenta y dos.
_Decidiste que nos casáramos a los veintiocho- mencionó Bella con un poco de enfado.
_Eras tú o una tetera, amor- respondió el rey sarcásticamente mientras le guiñaba un ojo a su hijo- No es cierto- respondió de inmediato al ver la reacción de su esposa.
_Mamá, papá- dijo Ben avanzando hasta sus padres.
_¡Ah!- Aunque el modisto frenó su caminata para que se quedara quieto y poder continuar con su trabajo.
_Ya elegí mi primera proclama oficial- mencionó Ben, por lo cual la cara de sus padres se tornó de sorpresa- Decidí que los chicos de la Isla de los Perdidos ahora podrán vivir aquí en Auradon.
_¿Huh?- exclamaron los dos al mismo tiempo, mientras que a Bella se le caía el saco que sujetaba en sus manos.
_Cuando miro hacia la isla- apuntó Ben con su cabeza a la ventana- siento que fueron abandonados.
_¿Los hijos de nuestros enemigos entre nosotros?- cuestionó el rey acercándose a él.
_Solo serán algunos al principio, los que necesitan que los ayudemos- asintió Bella escuchando atentamente- Ya fueron elegidos.
_¿Eso piensas?- volvió a cuestionar el rey.
_Yo te di otra oportunidad- afirmó su madre- ¿Quiénes son sus padres?- preguntó casi al instante.
_Cruella de Vil, Jafar, la Reina Malvada, Malefica y la Reina Narissa- mencionó Ben tratando de mantener una mirada segura.
En ese momento, el modisto que estaba anotando algo en su libreta gritó del susto al escuchar esos dos impotentes nombres, finalmente se levantó para salir de la habitación.
_¿Malefica y Narissa? cuestionó su padre gritando- Ellas dos son las peores villanas que existen.
_¡Papá!- intentó hablar Ben, pero fue interrumpido.
_No quiero escucharlo, son culpables de crímenes horribles.
_Papá, sus hijos son inocentes, ¿no crees que merecen una mejor vida? En serio- cuestionó esta vez Ben, mientras miraba a su padre buscando aprobación.
_Supongo que los hijos son inocentes- mencionó finalmente el rey alejándose hacia la salida.
_Bueno, bien hecho- le afirmó Bella a su hijo dedicándole una sonrisa mientras se alejaba para marcharse con su marido.
El príncipe Ben quedó mirando por la ventana la Isla de los Perdidos mientras en su cabeza se cuestionaba si realmente esta idea era correcta.
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