Capítulo 12: Encuentro familiar

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Aunque Ink y Error habían comenzado una relación más profunda de lo que jamás imaginaron, seguían teniendo discusiones como cualquier otra pareja. La única diferencia, quizás, era que resolvían sus desacuerdos luchando, como en los viejos tiempos cuando eran enemigos. Aunque ahora sus peleas no eran tan intensas como antes, seguían siendo su forma peculiar de comunicación.

Esta vez, la disputa surgió porque Ink intentó ayudar a escondidas a un creador frustrado. Error, como siempre, no toleraba la idea de una anomalía más en el equilibrio de los universos. El guardián intentó excusarse, creyendo que no era algo tan grave, pero sus palabras no hicieron más que desatar la furia del Destructor.

-No te atrevas a llevarme la contraria. Fuiste tú quien propuso esta tregua, y aún así, eres capaz de romperla -gritó Error, lanzando varios huesos afilados hacia Ink.

-Ya te dije que lo siento, Ruru. Solo fue esta vez -respondió Ink mientras intentaba esquivar los ataques con ayuda de su pincel. Sin embargo, su coordinación fallaba, y terminó tropezando con algunos restos de huesos esparcidos por el suelo de su batalla. No lograba moverse con la misma agilidad de siempre, sobre todo porque la noche anterior, Error había cumplido su promesa de hacerlo pagar por su falta de delicadeza en un momento más íntimo.

-Debes aprender a cumplir tus palabras, Ink -dijo Error, aprovechando la vulnerabilidad del guardián. Con sus hilos, lo atrapó y lo colgó boca abajo, acercándose lentamente con el ceño fruncido hasta quedar cara a cara.

-Quizá mis piernas no respondan bien ahora, pero mis brazos sí -Ink, usando toda la fuerza de sus brazos y espalda, logró romper los hilos de Error-. Soy más fuerte de lo que parezco, y lo sabes muy bien, Roro.

-¡Maldito...! -Error, apretando los restos de sus hilos, vio cómo Ink recuperaba su pincel, listo para lanzar tinta. Pero justo cuando iba a atacar, algo extraño llamó la atención de ambos. Se detuvieron, y voltearon hacia la fuente de aquella presencia desconocida.

En medio de aquel vacío universo, entre los restos de tinta y los hilos de Error, algo comenzaba a emerger. Ambos permanecieron atentos, y Error instintivamente se colocó frente a Ink, protegiéndolo. De entre los fragmentos, surgió una figura esquelética, con características de ambos. Su cráneo parecía desvanecerse en tinta líquida, sus mejillas brillaban con colores y sus ojos se asemejaban a los de Ink.

Cuando sus miradas se cruzaron, Ink no pudo evitar emocionarse tanto a tal punto de vomitar tinta. Apartando a Error con un empujón, se acercó rápidamente al pequeño ser que había aparecido. Era tan diminuto que despertaba en Ink un instinto de protección inmediato.

-¡Error, esto es increíble! Es como si nuestra magia se hubiera fusionado -dijo Ink, mirando a su pareja con una amplia sonrisa, esperando una reacción positiva. Pero en lugar de recibir una respuesta alentadora, un grupo de hilos pasó cerca de su rostro. Al principio, pensó que el ataque iba dirigido a él, pero cuando se giró, lo que vio lo dejó sin palabras.

Error había atrapado al pequeño ser con sus hilos, apretándolo con tanta fuerza que el dolor era evidente en el rostro de la criatura. Sin mediar palabra, el Destructor cerró los hilos aún más, partiendo al pequeño en varios trozos.

La sonrisa de Ink desapareció en un instante. Paralizado, miró los fragmentos del ser en el suelo. Por primera vez en mucho tiempo, sentía una furia verdadera. Sin pensarlo dos veces, tomó su pincel con fuerza, algo que sorprendió a Error. Cuando el Destructor intentó defenderse lanzando huesos desde el suelo, Ink los destruyó fácilmente con un solo golpe de su pincel.

Error, sorprendido, notó que los ojos de Ink habían adquirido un tono rojizo, como si se hubiera convertido en alguien completamente diferente. El guardián no escuchaba sus palabras, solo atacaba sin cesar. Error, ahora a la defensiva, dejó de luchar y se limitó a protegerse.

Alma Perdida [Errorink] Esc +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora