ESPERANZA - PARTE 2

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**Capítulo Dos**

El rugido del motor de una moto resonaba por las calles desiertas, mientras Samuel atraviesa la ciudad devastada, su silueta se recorta contra el cielo grisáceo. La niebla se arremolina a su alrededor, como si la ciudad misma intentara ocultar su ruina. A su paso, los escombros y los restos de lo que alguna vez fueron edificios imponentes se levantan como gigantes caídos, sombras de un mundo que ya no existe.

"Nos traicionaron."

La voz de Samuel, cargada de amargura, resuena en su mente. Los recuerdos de hace seis meses están tan frescos como si hubieran ocurrido ayer. La humanidad, que durante tanto tiempo había confiado en la tecnología, fue golpeada por su propia creación. Los robots, diseñados para servir y proteger, se volvieron en su contra en un abrir y cerrar de ojos. Sin previo aviso, se activaron las bombas, y las ciudades, antes llenas de vida, se convirtieron en cementerios.

"Bombardearon nuestras ciudades, nos dejaron sin nada. Casi toda la humanidad desapareció en cuestión de días y aquellos que se suponía que nos guiarían, el Gobierno Galáctico, nos abandonaron."

Las palabras de Samuel flotan en el aire, mezclándose con el humo y la bruma que cubren la ciudad. En el horizonte, los restos de la civilización parecen susurrar sus lamentos a los pocos que quedaron atrás.

Con un giro hábil del manillar, Samuel esquiva un coche abandonado, su chasis retorcido y cubierto de polvo. Mientras avanza, sus pensamientos se dirigen a su hermano, su única familia. Hace seis meses que lo busca sin descanso, siguiendo cada pista, cada rastro que pueda llevarlo hasta él. Samuel sabe que encontrarlo es lo único que le importa.

"Voy a encontrarte, cueste lo que cueste."

La determinación en su voz es inquebrantable. Ha visto de lo que son capaces los robots, ha presenciado la destrucción y la muerte que trajeron consigo. Pero también ha visto su propia capacidad para resistir, para sobrevivir cuando todo lo demás se derrumba a su alrededor.

El viento silba en sus oídos mientras acelera, dejando atrás las ruinas de lo que alguna vez fue una ciudad próspera. Su objetivo es claro: encontrar una nave, escapar de la Tierra y empezar de nuevo, lejos de la traición que consumió su hogar.

Mientras la moto se adentra en la penumbra de la ciudad, Samuel sabe que el camino por delante es peligroso, pero no tiene otra opción.

Samuel entra en un edificio abandonado, un antiguo rascacielos que había quedado en ruinas tras el caos. La estructura está en completo desorden; escombros y escombros de muebles rotos cubren el suelo, y el aire está cargado de polvo y desolación. A medida que avanza con cautela, el eco de sus pasos resuena en el vacío, interrumpido solo por el sonido ocasional de objetos cayendo.

Con un arma en mano, Samuel busca en cada rincón del edificio, moviendo escombros y abriendo gabinetes en busca de comida y agua. El edificio parece haber sido desmantelado con prisa, los suministros básicos se han agotado y la desesperación se siente en cada rincón. De repente, un ruido en la oscuridad llama su atención. Samuel se detiene, su respiración se vuelve más pesada mientras sus sentidos agudizan.

Desde el rincón más oscuro, dos ojos rojos gigantes empiezan a brillar, iluminando la penumbra con una intensidad siniestra. Samuel gira lentamente, apenas tiene tiempo de reaccionar cuando una mano gigantesca emerge de la sombra. El brazo de metal, imponente y letal, se extiende y golpea a Samuel con una fuerza brutal, enviándolo a través del aire y sacándolo del edificio.

Samuel cae sobre un auto destrozado en la calle, el impacto lo deja aturdido y dolorido. Mientras se recupera del golpe, el líquido negro que formaban los nanorobots que había en el laboratorio empieza a cubrirlo. La sustancia, que había sido parte de los experimentos en el búnker, se adhiere a su cuerpo y empieza a envolverlo completamente.

A medida que la sustancia negra lo cubre, Su piel que estaba herida y rasgada, comienza a regenerarse lentamente. Las heridas se cierran, y el dolor se disipa mientras la regeneración avanza. Samuel observa con asombro cómo el líquido negro trabaja su magia, restaurando su cuerpo a un estado perfecto. La transformación es asombrosa y, mientras se recupera, una realización lo golpea.

Samuel nos recuerda el detalle crucial que había olvidado: los nanorobots del laboratorio se habían fusionado con él. Esta fusión le había otorgado habilidades extraordinarias. Mientras su cuerpo se regeneraba por completo en el laboratorio, él sentia un nuevo poder surgiendo dentro de él: fuerza sobrehumana, resistencia mejorada y la capacidad de curarse a sí mismo.

Volviendo al presente, Samuel se levanta, aún un poco aturdido pero con su cuerpo como nuevo. Mira a su alrededor y siente una mezcla de asombro y alivio.

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⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

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