🚨Advertencia: Drogas, Alcohol y abuso. Contenido sensible.Wilhelm salió de entre las repisas, los ruidos se habían bloqueado siendo remplazados por sus propios latidos, miró hacia los lados confundido buscándolo entre personas, hasta que él llamó la atención entre el montón, Simón estaba de espaldas acercándose a su mesa en donde ahora también estaba Felice.
Felice alzó su rostro del teléfono y le sonrió, aunque su sonrisa flaqueó al ver la expresión en su rostro. — Hola... ¿que sucedió? — — ¿Alguien te molesto? —. Para la chica era más que sabido que Simon sufre de acosos con regularidad, antes sentía pena por él aunque realmente no era algo que le importara, pero ahora que eran amigos las cosas cambiaban.
<< No, esta vez yo solito me jodí la vida >>.
Simón como pudo puso una sonrisa falsa en su rostro y negó un par de veces, sentándose y dejando una silla de distancia de la de Wilhelm, con la esperanza de que en cualquier momento Madison aparezca y la ocupe. — ¿Y Maddison va a venir o...
Se quedó en silencio al sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, lentamente giró su rostro al sentir una mirada clavada en sus perfil. Se encontró con los profundos, dilatados y rostros ojos cafe de Wilhelm, el príncipe lo miraba con tanto dolor y tanta intensidad, con sus labios entreabiertos y el ceño levemente fruncido. Simón suspiro sintiendo como un peso aplastaba su pecho y sus ojos se aguaban.
— Hola — dijo con una apretada y forzada sonrisa de labios cerrándose, acomodándose en sus asiento.
Los ojos de Felice viajaron de Wilhelm a Simón y de regreso analizando los rostros de sus amigos, algo había pasado entre ellos aunque no pudo descifrar que, ambos lucían rotos, reflejaban dolor. Entre ellos siempre han emitido amor, cariño y complicidad, aquellos que están a su alrededor pueden sentirlo. Felice se dio cuenta de ellos desde el día que se formó este grupo de trabajo, pero ahora existe un inquietante muro de Berlín entre ellos. Ella exhaló y comenzó a chocar la punta de su bolígrafo, para llenar el silencio en su mesa.
— Am.. ¿qué tal si empezamos el trabajo? —
Exhalo, hundiéndose en su asiento.— ¿Madison no vendrá? — preguntó desanimado.
La mirada Wilhelm viajo hacia él, le era físicamente doloroso verlo y tenía que contener las lagrimas cada vez que lo hacía, pero a su vez no podía dejar de hacerlo, sentía que se lo merecía, algo había hecho y en su mente merece un castigo por ello. Que mejor castigo que ver al hombre que amas siendo feliz sin ti en su vida.
Aunque por supuesto Simón no estaba feliz, al contrario de cualquier reacción natural, Simón no sentía nada, estaba vacío y agotado, es como si la fuerza, el ánimo y el aliento hubiesen sido arrebatados de su cuerpo de un solo golpe. Incluso su pulso no estaba acelerado, apenas si podía sentirlo.
Negó — Madison no va a poder venir ella tuvo cólicos esta mañana y no se siente muy bien — dijo instado romper con la incomodidad del espacio
Simón pestañeo un poco volviendo a la realidad. — Oh... bueno mándale saludos y si necesita algo de afuera puede pedírmelo y se lo traeré —
Felice asintió con una pequeña sonrisa. — Ella dijo que le mandarán lo que tiene que hacer conmigo —
— Bien gracias... am... que hacer un ensayo sobre... ¿Que enfermedad nos tocó ? — pregunto con el ceño fruncido cinten así recordarlo.
— La Viruela — respondió ella leyéndolo de su cuaderno
Bufo, sin una razón específica — Entonces la viruela en el siglo XVII —
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That Way: Young Royals (+18)
RomanceDespués de que el príncipe se vea en vuelto en una serie de incidentes, el mejor acuerdo que La Corte y sus abogados logran conseguirle, es que regrese a Suecia y continúe sus estudios en el internado Chilton, ahí conoce a Simón. Después de tres año...