Capítulo 2: Un nuevo caso para la Agencia Polivalente Wright

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26 de septiembre, ???

Archivos de la biblioteca – Preparatoria Itan

Hitohito abrió los ojos lentamente. Estaba tratando de procesar dónde se encontraba y qué había pasado, mientras al mismo tiempo intentaba reunir la fuerza para mover su cuerpo. Hasta donde pudo ver, todavía seguía en el área de archivos de la biblioteca, ya que lo enviaron allí a hacer un recado. Pero los eventos que lo llevaron allí seguían en blanco.

Mientras seguía allí tendido, sintió una corriente de aire frío invadirlo y comenzó a temblar. Fue entonces que se dio cuenta que la habitación estaba fría, como si acabase de despertar dentro de un congelador. Intentó abrazarse a sí mismo para calentarse, pero entonces notó que su mano derecha estaba inusualmente pesada. Cuando se la miró, vio que estaba sujetando lo que parecía ser un reloj de mesa antiguo. Sin embargo, cuando fue a leerlo, la hora decía "12:41". Casi entró en pánico hasta que se dio cuenta que el reloj se había detenido, y una parte de él todavía decía "26". Aún era el día 26, y probablemente, el reloj se había detenido antes.

Estaba también la pregunta de por qué estaba sujetando el reloj en primer lugar. Lo examinó más detenidamente, y vio una mancha roja en la parte de atrás cerca de una de las esquinas. Eso inmediatamente lo hizo levantarse sobre sus rodillas para verlo más de cerca.

(«Esto es... ¿sangre?») se preguntó. Una sensación de terror se apoderó de él. Inmediatamente se puso de pie y miró alrededor hasta que sus ojos vieron una figura en el suelo a poca distancia de él. Corrió para ver de qué o de quién se trataba.

Era Ren Yamai, desplomada boca abajo sobre el suelo e inmóvil, y había una notable herida sangrante detrás de su cabeza. Hitohito se congeló de terror, y su mente fue asaltada por un torrente de pensamientos.

(«¿Qué está pasando? Ren... ¡no se mueve! ¿Estará... muerta? Está sangrando por detrás de su cabeza. ¿Acaso será la misma sangre que está en...? ¡Oh Dios!»)

Cuando la realización lo golpeó, retrocedió. No sabía qué había pasado antes, lo que llevó a esto o por qué sucedió. Seguro, Ren no le caía bien, pero él nunca creyó ser capaz de hacer esto. Ni siquiera se imaginaba levantando una mano para golpear a nadie, incluso a la chica que lo secuestró y amenazó con matarlo antes. Sin embargo, sin importar lo que intentase para buscar una explicación racional de lo que pasó, la evidencia era clara: ella estaba en el suelo, posiblemente muerta, con una herida de golpe en la cabeza, y él estaba sosteniendo el arma que la infligió.

Su mente se quedó en blanco, y el resto de pensamientos se desvanecieron salvo por uno: tenía que huir, salir de aquí y alejarse de ella lo más rápido posible. Dejó caer el reloj y salió en carrera de la habitación. Ya había subido las escaleras desde los archivos y salió atravesando la biblioteca, ignorando todo y a todos los que estuvieran en su camino. Eventualmente salió de la escuela y siguió corriendo hasta que ya no reconoció por donde iba. Pero incluso así, siguió corriendo. No supo a dónde iba, ni por cuanto tiempo siguió corriendo, ni donde fue a parar, pero no le importaba.

Seguiría corriendo hasta que las piernas ya no le dieron para más. Para entonces, la ciudad a su alrededor se veía totalmente desconocida...

26 de septiembre, 4:00 PM

Gimnasio – Preparatoria Itan

Desde que Hitohito le dijo que estaba enfermo y necesitaba ir a recostarse, no pudo evitar sentirse preocupada por él. Su ansiedad se incrementó aún más cuando no regresó a clases después del almuerzo, al punto que ni siquiera pudo concentrarse en sus tareas. Una hora después que inició la clase de la tarde, se excusó diciendo que tenía que ir al baño para ir a verlo en la enfermería, pero él no estaba allí.

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