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-Creo que no hay parte de mi cuerpo que no me duela.- dijo Novak con su respiración aún agitada mientras entrelazaba sus dedos con los de Simone y el aroma de su cabello, frutal y suave lo llevaba a querer cerrar sus ojos.

Simone sonrió y movió su cabeza para poder verlo mejor, con la yema de su dedo dibujó la forma de su mejilla, de sus labios y el contorno de sus ojos con especial detenimiento.

-¿Qué tengo?- le preguntó Novak al ver la forma en la que lo miraba y ella sonrió con nostalgia mientras negaba con su cabeza.

-Solo quiero recordarte.- le dijo sin poder evitar que su sonrisa se viera reemplazada por una mirada de resignación.

Novak notó el cambio en su expresión y se incorporó un poco para no perderse detalle.

-Lo decis como si no fueras a volver a verme.- le dijo intentado que fuera una broma pero al notar que ella no podía sostenerle la mirada supo que hablaba en serio.

Novak la besó con desesperación, necesitaba que creyera en ellos, que quisiera luchar con la misma devoción que él tenía por ella, necesitaba decirle lo que las palabras no podían.

Simone cerró sus ojos, quería que el beso fuera eterno, que no la devolviera a su realidad, que la llevara a creer que era posible.

Pero el beso llegó a su fin y sus ojos volvieron a enfrentarse.

-No quiero que esto sea solo un recuerdo, quiero darte lo que necesites para salir de ese lugar, decime Simo, decime lo que puedo hacer.- le dijo con súplica y ella se llevó ambas manos a su cara para ocultarse.

No quería pensar en el club, no quería que la vergüenza que tanto tiempo había sentido cayera sobre él.

-No hay nada que puedas darme o si, ya me diste demasiado, me regalaste algo que no creía que podía sentir. Llevo demasiados años acostándome con hombres, soportando sus olores, sus manos rudas, su saliva, sus insultos, llevo años creyendo que la forma de relacionarse con el otro era de esa manera y con vos...- le dijo aún sin mirarlo, pero acariciando su mano sobre la sábana arrugada.

- Con vos fue diferente desde el principio, desde que me miraste y no lo hiciste como si fuera un objeto, desde que me rechazaste con dulzura, desde que volviste a buscarme una y otra vez, desde que me enfrentaste a lo que me estaba pasando. No se como llamarlo, pero hacer el amor, parecía quedarle muy bien, porque esta noche, lo que me hiciste sentir, lo que todavía me recorre desde la punta de los pies hasta la punta de mi nariz, es algo que no me creía merecedora de sentir.- le dijo y Novak contuvo su emoción, alzando su mano para depositar un beso sobre ella.

Quería escuchar, quería que sintiera que podía contarle lo que fuera y que juntos podía llegar a encontrar una solución.

-No se como voy a hacer para continuar con mi vida ahora que conozco esto, pero tampoco tengo opción. Tengo que regresar, Moro me encontraría de todos modos, y yo le debo...- dijo tragando saliva, no sabía hasta dónde podía contarle, si su profesión era vergonzante su pasado era el infierno mismo.

-Puedo pagarle. - la interrumpió él desesperado

-Puedo pagar el monto que sea, puedo asumir tu deuda, se que este lugar no es muy grande, pero desde la separación no me moleste mucho en buscar otro, pero puedo hacerlo, podemos hacerlo juntos. - le dijo con su mano entre las suyas agitándolas con desesperación.

Pero ella negó con su cabeza, si bien el hecho de que le confesara que efectivamente estaba separado como le había dicho Rony era algo que la alegraba, lo que proponía no era posible.

-No es solo el dinero.- confesó cerrando sus ojos para ganar fuerzas.

-Yo ya te lo dije, no soy una buena persona, no hice cosas buenas en mi vida y él lo sabe.- sentenció y Novak abandonó sus manos para tomar sus mejillas y obligarla a mirarlo.

-No me importa lo que hayas hecho, podes contarmelo y buscamos juntos la solución, ¿es algo con la ley? Conozco muchos abogados, ¿es algo con un cliente? Puedo buscarlo, hablar con él, convencerlo de lo que sea. Pero necesito que confíes en mí.- le pidió al borde de las lágrimas, no quería perderla.

Simone cerró sus ojos con fuerza, hubiese querido llorar pero no pudo hacerlo, ni siquiera al recordar a Luna pudo hacerlo. Y si ni siquiera podía llorar, como iba a explicarlo.

-Novak, yo...- comenzó y él abrió sus ojos con expectación.

-Necesito tiempo.- completó luego de una larga pausa en la que intentó elaborar algo coherente en su mente.

-Si vamos a intentarlo, no puede ser así, tengo que regresar y disimular, tengo que planearlo, hacerlo de manera inteligente. Así solo nos traería problemas.- le dijo lo más convincente que pudo. No estaba segura de poder lograrlo pero ahora había algo diferente, ahora había alguien diferente que creía en ella y eso era tan fuerte que no podía ignorarlo.

-No quiero que vuelvas a ese lugar, no quiero que otro hombre...- le dijo y al ver que ella se alejaba con un movimiento instintivo se interrumpió.

-No quise decir.. Lo que quiero decir.. No lo digo porque me afecte directamente a mi, pero no quiero que nada que te haga mal te ocurra. - completó y ella recuperó la sonrisa y se lanzó sus cuello para volver a besarlo.

-Si lo que me espera al regresar es esto, puedo soportarlo.- le dijo colocandose con sus piernas alrededor de su cintura para atraparlo y unirlo a su cuerpo.

Quería que supiera que no se estaba escapando de él, que si hubiese sido libre lo acompañaría al fin del mundo, pero no lo era y aunque él creyera entenderlo, la realidad era mucho peor de lo que su mente podía imaginar.

Novak la abrazó con la misma intensidad, no quería dejarla ir nunca pero sabía que si quería algo real, debía hacerlo bien, ser paciente, inteligente y confiar en ella.

Y el abrazo se convirtió en calor, el roce en caricias infinitas y la piel no fue suficiente para contener lo que sentían.

La voracidad de la pasión se entrelazó con la paciencia del amor, tejiendo un hilo entre los dos que dibujó un pacto de entrega, en el que ella le daba su golpeado corazón y se robaba sus miradas, sus labios y sus palabras, para concentrarse en ellas, con mucha más esperanza que cuando lo hacía en aquella mancha roja, en la pared añeja de una habitación que en adelante, le dolería muchísimo más.

Arráncame el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora