El retornó

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Advertencia  ⚠️

Es mi primeraves escribiendo Haci que pido perdón por las faltas de ortografía



Sin nada más que desir disfruta la lectura :) 

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**Capítulo 1: El Retorno**

La fría y oscura bóveda del sótano de la Cabaña del Misterio tembló mientras el portal dimensional chisporroteaba con energía pura. Las luces parpadearon, y el aire se llenó de un zumbido ensordecedor. El vórtice de colores brillantes giraba en espiral, arrojando destellos de azul, verde y dorado. Tras una explosión de luz cegadora, dos figuras emergieron del portal, cayendo pesadamente al suelo.

Stanford Pines, con su característico abrigo rojo y sus gafas, se tambaleó mientras recuperaba el aliento. Su cuerpo estaba marcado por cicatrices y su rostro mostraba el cansancio de años atrapado en una dimensión infernal junto a su enemigo más temido: Bill Cipher. Pero no estaba solo. A su lado, una pequeña figura con ojos desiguales y un extraño resplandor en sus pupilas se levantó con una sonrisa torcida.

Bill Cipher, o lo que quedaba de él en su forma humana, esbozó una sonrisa sardónica, sus ojos brillaban con malicia. Pero no había tiempo para diálogos, porque el portal comenzó a cerrarse, dejándolos finalmente en su propio mundo.

Ambos se miraron por un instante. Una mirada cargada de historia y resentimiento, pero también de complicidad. El pacto que habían hecho durante su encarcelamiento había cambiado para siempre sus destinos, y esa unión prohibida había dado fruto a algo inesperado: una hija.

**Años después**

Lilith Princess Pines Cipher estaba sentada en la vieja mecedora de la cabaña, jugando con una píldora antidepresiva entre sus dedos. Sus cabellos rubios caían en suaves rizos sobre sus hombros, mientras sus ojos, uno dorado y el otro azul, reflejaban la misma malicia y astucia que había heredado de sus padres.

La habitación en la que se encontraba era un reflejo de su mente: desordenada, caótica, llena de libros, apuntes científicos, y un desorden de botellas vacías y pastillas regadas por todas partes. Lilith sentía cómo la oscuridad se deslizaba por dentro de ella, como si estuviera marcada por un destino sombrío al que no podía escapar. Pero eso no era lo que la molestaba; lo que realmente la carcomía por dentro era la absoluta indiferencia de sus padres hacia su existencia.

Stanford Pines, absorto en sus investigaciones, apenas la miraba cuando pasaba junto a ella. Todo en su vida giraba en torno a sus estudios, su obsesión por los misterios de Gravity Falls y la constante vigilancia del portal. Para él, Lilith no era más que una sombra, un recordatorio doloroso de su fracaso en mantener su vida separada de los horrores que había desatado.

Bill Cipher, por otro lado, encontraba su existencia algo... intrigante, pero la mayor parte del tiempo estaba absorto en sus propios planes, siempre conspirando, siempre manipulando. No era exactamente el padre amoroso que Lilith habría querido, pero al menos era algo. Pero cuando ella se acercaba a él buscando respuestas, todo lo que obtenía eran acertijos y bromas crueles.

Lilith suspiró profundamente y se levantó de la mecedora, tirando la pastilla al suelo sin siquiera molestar en buscarla después. Sabía que había heredado algo poderoso de su padre Bill; sentía la energía cósmica corriendo por sus venas, su mente era un laberinto de conocimientos incomprensibles para cualquier otro ser humano. Pero toda esa capacidad, todo ese poder, ¿para qué? Si no podía siquiera conseguir la atención de aquellos que la habían traído al mundo.

En un arrebato de frustración, extendió su mano hacia una de las botellas vacías en el suelo. Sin necesidad de tocarla, la botella se elevó en el aire y comenzó a girar lentamente. Con un simple pensamiento, Lilith la lanzó contra la pared, donde estalló en mil pedazos. La sensación de control que le daba usar sus poderes era embriagadora, pero fugaz. Lo que realmente anhelaba no era destruir, sino entender, conectarse... ser amada.

La puerta de la habitación crujió cuando se abrió lentamente, y Stanford asomó la cabeza por el marco. Parecía más viejo de lo que Lilith recordaba, con arrugas profundas marcando su frente y una tristeza inconfundible en sus ojos.

"Lilith", comenzó, su voz llena de cansancio. "Ten cuidado con lo que haces aquí. Sabes lo peligroso que es jugar con fuerzas que no entiendes completamente."

Lilith lo miró, su mirada era fría e impenetrable. "Lo sé, papá", respondió con sarcasmo, "pero tú nunca te has molestado en enseñarme. Así que adivina qué, estoy aprendiendo sola."

Stanford frunció el ceño, pero no dijo nada más. Simplemente cerró la puerta y se marchó, dejándola sola una vez más.

Lilith se dejó caer de nuevo en la mecedora, su corazón latiendo rápidamente, no por miedo, sino por la creciente determinación en su interior. Si sus padres no la querían en sus vidas, si la ignoraban y desechaban, entonces ella encontraría su propio camino. Y ese camino, lo sabía, no sería fácil. Estaba decidida a descubrir todo lo que pudiera sobre sus poderes, sobre sus orígenes... sobre quién era realmente.

Mientras las sombras crecían a su alrededor, Lilith sonrió para sí misma. El mundo le había dado la espalda, pero ella no necesitaba el mundo. Ella era Lilith Princess Pines Cipher, la hija de la mente más brillante y del ser más peligroso que había existido. Y estaba lista para reclamar su lugar en ese extraño y misterioso universo que era Gravity Falls.

**Continuará...**

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Espero que les haya gustado el capítulo :)
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Hija de la Oscuridad y la RazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora