𝐌𝐎𝐕𝐈𝐄 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 | HuskerRadio

O3.

₊˚ʚ ᗢ₊˚✧ ﾟ.

Olfatea varias veces mientras poco a poco recobra la consciencia.

Está notoriamente desorientado.

Pero sabe que algo no anda bien cuando esa húmeda y pegajosa sensación entre sus muslos está de vuelta.

Hay un aroma en el ambiente, uno realmente fuerte que le provoca el mismo cosquilleo en el vientre de hace unas horas.
Se siente raro otra vez, realmente acalorado y confundido.

Y todo empeora cuando escucha los gruñidos de Husk a sus espaldas. Un escalofrío le recorre la columna y, solo puede tragar saliva duramente al reconocer esa clase de sonidos. Eran idénticos a los que hacía en acompañante de la protagonista en "esa" escena de la película.

Dios, ese aroma se intensificaba con cada segundo que pasaba. Un aroma a menta que lo atontaba. O tal vez era por las fuertes feromonas que un Alfa en celo suele liberar para atraer algún acompañante durante estas fechas.

Y él, afortunada o desafortunadamente, era la opción más cercana.

Sabía que se encontraba en una situación delicada, sabía que lo más recomendable sería irse de la habitación –o la casa–, sin embargo, su cuerpo no respondía.

Estaba paralizado en su lugar; escurriendo flujo de su vagina, listo para ser tomado por el Alfa a su lado.

Ahora la duda que tenía era ¿Por qué no lo había tomado?
Hasta el momento, estaba seguro de que soltaba feromonas que delataban su excitación y su aroma se hacía más empalagoso para parecerle tentador a Husk pero ¿Qué esperaba para tomarlo?

Se sentía torturado al escucharlo respirar tan irregular, junto con el ruido húmedo de sus fluidos contra la piel al masturbarse.

Aprieta los párpados débilmente cuando siente la suficiente fuerza y voluntad propia para moverse, bajando su mano lentamente hasta dejando de los bordes de su camiseta y acariciar el monte de Venus con timidez.
La yema de sus dedos medio y anular encontraron lugar en su hinchado clítoris, frotando toda la extensión al mismo compás que los jadeos de su amigo.

Pronto, ambos se encuentran balbuceando el nombre del otro en gemidos.

De un momento a otro, los gruñidos de Husk se hacen más notorios hasta que en un suspiro agotado llega a su límite, manchándose la mano con su propia semilla.

Por otro lado, Alastor todavía no ha llegado a su anhelado clímax, la desesperación de sentir más lo obliga a bajar sus dedos un poco más hasta llegar a su entrada vaginal y meter un dedo, lo que ocasionó que soltara un audible chillido de dolor.

Chillido que no pasó desapercibido por Husk.

—¿A-Alastor? —el Omega se encogió en su sitio, queriendo que la tierra se lo tragara ahí mismo.

Al no recibir respuesta, quitó la manta que lo cubría y, en efecto, lo descubrió más que despierto y temblando.

El bochorno de ambos fue aún mayor.
Rápidamente Husk volvió a cubrirlo con la manta, retrocediendo entre bocanadas de aire.

El carmín se apoderó de su rostro.

—Yo-¡Perdón! —se disculpó a tartamudeos, nervioso—. No quería despertarte, en serio, yo solo-