En esta época del año, el sol saliente iluminaba poco a poco mi pequeño cuarto, donde se encontraban las pinturas que había creado con tanto cariño, pensó Kael.Sintió el aire pesado, pero al levantarse y aclarar la vista, pudo respirar con normalidad. Una rama empezó a golpear suavemente mi ventana, pon, pon, parece que el otoño llamando a la puerta. Me levanté con los ánimos hasta el suelo, con las ganas de querer tirarme a la cama y jamás querer despertar, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por el llamado de mi padre, quien me decía: "Kael, ven a desayunar, que ya se está enfriando". Él sabe muy bien que el desayuno no es lo mío, pero tuve que hacerlo. Antes de ir, debía alistarme para un día más de escuela. Me puse una camisa con manga corta completamente blanca, sin contar el escudo que iba pegado en el bolsillo superior izquierdo, a la altura del corazón. Mi pantalón azul marino, una chompa azul también y como la camisa, el escudo del colegio se encuentra en la parte superior izquierda, a la altura del corazón, pero también cuenta con unas franjas de color negro y blanco en el cuello, en la cintura y en las muñecas. Unos zapatos negros como la oscuridad completaban mi uniforme. "Sería mucho mejor si cambiaran el color azul por el rojo", me dije para mí mismo.
Después de terminar de acomodar mis cosas, un par de cuadernos, bajé de mi cuarto para ver a mi padre, quien estaba con sus clásicos lentes rectangulares, su pelo negro y peinado, su chompa de color azul y sus pantalones negros, con su sonrisa. Él fingía estar feliz, pero yo sabía que también estaba destrozado, es un mentiroso. Pero "Siempre es lo mismo", me dije para mí. Levantarme, ir a la escuela, volver a casa a almorzar, hacer las tareas, cenar, dormir y después repetir lo mismo cada día. Y mi papá solo se limitaba a llevarme a la escuela y después todo el día a trabajar. La que cambiaba la rutina era mamá...
Cuando se dio cuenta de mi presencia, se giró y dijo: "Kael, toma asiento, el desayuno ya está casi listo". Otra vez su sonrisa de mentiroso, pero esa sonrisa es como un poco de agua en el desierto en el que está mi corazón, me tranquilizaba. A continuación, tomé asiento y hasta allí olía ese aroma tan dulce, como la miel. Debo admitirlo, el dulce aroma de las comidas de papá siempre son mis favoritas. Y ahora me preguntó qué comida estaba preparando.
Mientras nadaba en mis pensamientos, "aquí está la especialidad de la casa", mi padre llegó con una de sus mejores comidas y, a la vez, la más exquisita: unos panqueques bañados en miel, con unas cuantas moras acompañándolos en la parte superior. En serio, papá debió haber sido chef, porque aunque sea una simple comida, como decía mamá, "la mejor comida es aquella que se hace con amor". Papá puso el plato sobre la mesa y "buen provecho, Kael", me dijo. Cuando lo probé, sentí una mezcla de sabores que inundaron mi boca; sentí como si cada ingrediente explotara en mi boca y lo único que podía hacer era poder disfrutar un poco más. Por fuera era tan duro como una piedra, por dentro... me gustan estos pequeños momentos.
Él vio la hora y dijo: "Kael, te podrías apresurar un poco más, tenemos que irnos". Él siempre está ocupado, no le culpo y no le guardo rencor, solo que ya no es lo mismo. Tuve que tomar mi desayuno rápidamente, subí a mi cuarto y bajé con mis cosas, tomé mis llaves, salí de la casa y vi el vecindario pequeño. Hay 6 casas en total, sin contar la nuestra, casi todas eran de dos pisos y de un color verde, aunque solo tres eran de dos pisos muy similares a la nuestra. Solo una me llamaba la atención: una pequeña casa de color negro y blanco, una combinación perfecta. Se dice que ahí vive un viejo muy gruñón, pero como se dice, solo son mitos.
Mi padre tocó el claxon, así que fui rápido. Mientras íbamos, veía a los árboles completamente desnudos por culpa del otoño. Mientras llegábamos al colegio, nos detuvimos en el semáforo. Vi que había un árbol que todavía tenía hojas, pero poco a poco las hojas se le iban cayendo. Siempre dicen: "Que esperemos que las mismas hojas aparezcan", pero yo no creo eso. Cada hoja tiene un patrón distinto, muy hermoso, pero las personas solo miran un segundo, no miran con verdaderos ojos.
Después de unos minutos, llegamos a la vieja escuela. Mi padre se despidió y se fue. La escuela era muy grande, pintada de azul y blanco, con tantas ventanas por todos lados que perdí la cuenta. Las conté y, en total, había 150. Había 20 aulas que, por supuesto, compartíamos con primaria, unos tres patios y unos grandes muros que cerraban todo. "San Juan", pensé, "si que pareces una cárcel".
Al entrar al colegio, ya estaba lleno. Después, nos llamaron para la formación del lunes, un verdadero fastidio. Al llegar al patio principal, me encontré con mis compañeros de "celda". No soy muy social, así que me fui al fondo. Después de la ceremonia, nos fuimos a nuestra aula. Por lo general, desde 3er grado de secundaria, te sientas con alguien, pero yo no prefiero estar solo al lado de la ventana, viendo el hermoso paisaje que tantas veces he apreciado y leído.
El día transcurrió como siempre: entra un profesor, dicta su clase y se va; entra otro profesor y así sucesivamente hasta que se acaba el día. La verdad es que siempre me da sueño y muchas veces me he dormido o me quedo viendo maravillado el paisaje. Después llegó el recreo, donde todos salen a charlar y van a la tienda del colegio a comprar algo. "Una cárcel", me dirían, "tienes un horario establecido, un descanso donde hablas con otros 'presos', y si te portas mal, te dan un castigo". Y otros van con su vida amorosa, pero para qué, cuando yo tengo la mejor vista: una ventana por la cual veo lo hermoso que es el otoño.
Pero este día traía sorpresas: una profesora no había venido. "Al menos la rutina cambiaría un poco", pensé. Todos salieron del salón, unos fueron a jugar, otros a la biblioteca y otros a molestar, pero yo me fui a una área verde que se encuentra en la parte alta del colegio. A nadie le interesa ese lugar, pero para mí es el lugar ideal donde poder plasmar la belleza de la naturaleza. Me dirigí allí con gran entusiasmo.
Cuando llegué, como me esperaba, no había nadie. Era perfecto. Cuando no hay nadie, es cuando más feliz me siento. Saqué un pequeño cuaderno de dibujo y empecé a plasmar el área verde que, como siempre, había cambiado. El otoño había llegado, las hojas habían caído, y con una mirada melancólica, empecé a dibujar ambientado en el paisaje que tenía enfrente. Los colores amarillos, naranjas, rojos y, por supuesto, el marrón, llenaban el pequeño lienzo. Las flores, tan hermosas y cálidas, empezaron a tomar forma. Los árboles estaban desnudos, pero eso no importaba, ya que así se podía visualizar mejor sus ramas y todas sus partes, con esos clásicos colores marrones y grises tan destacados que llenaban de vida el lienzo. Y, como para complementar aquel fondo, los árboles estaban siendo iluminados por la luz de la luna. "Ya está", dije satisfecho.
Estaba viendo mi obra de arte hasta que, "es muy hermoso", alguien dijo a mis espaldas. Me giré y vi a una chica. En ese momento, no podía describirla con precisión, pero su pelo era de un color café, al igual que sus ojos, como los árboles en primavera. Sus manos eran pálidas como la nieve, y también llevaba el uniforme, pero con una falda en lugar de pantalones. No voy a mentir, era muy hermosa, como una flor. Ella me sonrió un poco y dijo: "Lo siento, no quería asustarte, pero en verdad, tu obra de arte es muy bonita. Retrata todo el otoño a la perfección". No me gusta que las personas miren mis obras, me dan un poco de vergüenza. "Lo siento por no presentarme antes", dijo ella. "Mi nombre es Lila. Es un gusto conocerte". ¿Quién diría que ese día, toda mi rutina cambiaría?
Continuar...
Hola gente que tal, como pueden ver el vuelto a crear una historia, pero en este caso ya no tiene la escritura que siempre huso en mis obras por eso sí piensan que no es mi escritura, estan en lo correcto ya que no estoy acostumbrado a este tipo, bueno como venía diciendo estoy en la creación de una nueva historia, podemos decir que esto es como el prólogo así que si, los gusta esta historia y veo que tiene apoyo voy a empezar con la creación de más capítulos, aquí me despedí que tengan una bonita tarde, día o noche.
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Mi luz de luna. Mi joven pintor
RomanceUna historia de un joven extrovertido que por hacerse del destino conoce a una chica extrovertida, y si quieres saber que más pasa lee esta historia.