67- Sentimientos no resueltos (2)

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La primera vez que Elliot escuchó sobre la santa Elizabeth, fue cuando era un niño. Incluso su profesor encontró extraño que entre toda la historia que Elliot había escuchado, solo se fascinara por una y que esa fuera la historia de la triste santa que murió traicionada por su pueblo.

No era un secreto para nadie que él se había vuelto obsesivo con un personaje histórico. Incluso a veces él se dibujaba a si mismo salvando a la santa que había sido injustamente traicionada.

Incluso al momento en que la vio en frente de él, cuando la reconoció, a sus ojos ella se había vuelto la persona más hermosa del mundo. ¿Cómo se habían atrevido a traicionar a una mujer tan hermosa, que solo se dedicaba a ayudarlos sin lucrar con ellos?

Quería conocerla más, quería pasar más tiempo con ella, quería volverse cercano a ella y estar para ella en sus momentos más difíciles. Él la conoció en un libro de historia, como una santa, una figura adorada por todos, alguien que nació con la bendición de los dioses.

Una mujer encantadora que fue duramente traicionada. Era una mentalidad que no se le quitó aún cuando la conoció. Incluso si Eli se mostraba por como era actualmente, para Elliot ella siempre era "Elizabeth".

Elliot mientras recordaba todo su tiempo junto a Elizabeth, se dio cuenta que casi no conocía la cara de "Eli". Eso pasaba porque no importaba su forma, siempre estaba "Elizabeth" a sus ojos.

Incluso si estaba en su forma de lobo, incluso si colocaba caras o tonos sarcásticos, incluso cuando no mostraba ninguna faceta de alguien que sufría, siempre sintió que ella necesitaba su ayuda.

La alucinación que tuvo en el reino de Samba al pelear contra John y Julia era una parte de lo que él sentía. Veía a Elizabeth como una pobre alma que pedía su ayuda a gritos.

En todo el viaje que Elliot tuvo con Elizabeth, sus verdaderas intenciones eran abrazarla con todo su ser, protegerla en sus brazos, decirle que confiara en él y decirle que todo estaría bien.

Pero si era una acción completamente desinteresada, ¿Por qué ignoraba por completo a "Eli"? Si veía a Eli, sentía que estaba viendo a una capa, algo que no existía, era el muero que Elizabeth colocaba y si la llamaba por su nombre, Elliot sentía que derribaba esa capa y que veía a Elizabeth por quién era realmente.

Se sentía especialmente cercano a ella cada vez que derribaba esa capa, ¿Pero era así como Eli lo veía? ¿Realmente se enojaba con él cada vez que la llamaba por su nombre real?

"¿Acaso la estuve idealizando todo el tiempo?".

Elliot cayó de rodillas en ese callejón, mientras seguía con su mano sobre su boca. Recién se había dado cuenta que veía a Eli como él quería, tenía un complejo de salvador, quería que ella dependiera de él, quería que ella se abriera a él.

Pero llamándola por su nombre, o viéndola con ojos expectantes o de tristeza, solo reforzaba en Eli un pasado que no quería recordar.

Era cierto, Elliot quería solo una parte de Eli, quería la parte que él había idealizado de ella. Quería a Elizabeth la santa, pero esa mujer había muerto hace mil años, quién estaba en frente de él, ya no era Elizabeth, era un vestigio de lo que ella fue.

Los ojos de Elliot empezaron a doler, luego las lágrimas cayeron de sus ojos chocando contra el suelo.

"Yo realmente soy una basura".

Elliot se dio cuenta que siempre pensó en sus propios sentimientos, pero nunca pensó en cómo se sentía Eli, siempre la vio de manera superficial. Estaba seguro de que, si Eli lo hubiera besado como mujer, él la abría recibido entre sus brazos y le juraría amor eterno, pero ni siquiera fue capaz de aceptar su identidad como "Eli".

"No puedo seguir de esta manera, Eli no me necesita, soy yo quién la necesita".

Se comenzó a poner lentamente de pie, mientras secaba sus lágrimas.

"Necesito estar seguro de mis sentimientos hacia Eli, no volveré a cometer ese error".

Fue cuando Elliot tomó una decisión, abriría su mente y dejaría de mirar a Eli como una pobre víctima que necesitaba de su ayuda. Haría su mejor esfuerzo para conocerla en su presente, él amaba una parte idealizada de ella, pero estaba dispuesto a conocer la parte de Eli que no conocía, solo de esa manera podría estar completamente seguro de sus sentimientos hacia ella sin que la lastimara.

No volvería a verla con ojos lamentables.

Por otra parte, Lewis había llegado a una de las tiendas que estaban entre tantas personas en el centro de la capital.

Se trataba de una joyería, para más suerte, no parecía ser una joyería cara.

—¿Es aquí en donde sientes el trozo de núcleo?

Preguntó Erick, mientras observaban el local desde afuera. Lewis asintió a la pregunta.

—¿No salió más fácil de lo que pensamos?

Comentó Daniel con una gran sonrisa, pero Jess le tapó la boca inmediatamente.

—¡No llames a la mala suerte!

Gritó completamente aterrada, era un tipo de frase que, según ella, siempre traería consecuencias.

—¿Qué dije de malo?

Preguntó Daniel sin entender después que Jess quitara su mano de su boca.

—Ahora que recuerdo, la frase de Daniel si se considera de mala suerte en muchos países, ¿Lo sabías?

Dijo Erick en tono burlón, mientras que Daniel al ver que Erick también estaba de acuerdo, empezó a asustarse de que algo saliera mal.

Luego Lewis empujó la puerta para entrar a la tienda, mientras que Erick, Daniel y Jess le siguieron por detrás.

Cuando ingresaron, vieron muchos tipos de joyas, cadenas, anillos, pulseras, gemelos, relojes, entre otros.

—¡Bienvenidos! ¿Qué se les ofrece?

Preguntó una anciana, la duela del local. Lewis comenzó a observar las joyas por todas partes, hasta que detectó el fragmento de núcleo, se había hecho un collar con él y estaba en una muestra especial.

—¡Tiene buen ojo querido cliente! Esa joya no es una joya cualquiera, es idéntica a una piedra de maná, pero si tiene como amigo a algún mago alquimista, ¡Podría sacarle el máximo provecho!

Los cuatro se acercaron a ver la joya en la vitrina especial, se había convertido en un collar con un modelo exquisito, pero su precio era de cinco mil oros.

—¡¿Cómo es que es tan caro?!

Se preguntó Jess aterrada por el precio. Mientras que la anciana sonrió de forma perspicaz.

—He sido joyera por más de cincuenta años, sé cuando una piedra es valiosa, esta piedra tiene un poder oculto que ninguna ha tenido en todos mis años de experiencia en joyas, ¡Es algo único!

Entre ellos se vieron de forma nerviosa, efectivamente, la abuela tenía ojos profesionales, ya que, en definitiva, ese collar era realmente especial.

Luego la campana de la puerta de la tienda sonó, un nuevo cliente había entrado, se trataba de Elliot.

—¡Elliot, justo a tiempo! Ese collar tiene el trozo que buscábamos, ¿Crees que puedes comprarlo?

Preguntó Jess feliz al verle, pero después de ver la expresión de Elliot, pensó que no estaba en un buen momento.

—Está bien, yo se lo puedo comprar señora.

Dijo Elliot mientras anotaba en un queche la cantidad de oro a darle por la compra de la joya. La señora al ver que el cheque contenía el sello real de Altair, quedó completamente encantada por la venta de su joya, después de que la compra-venta fuera exitosa, se despidió de ellos apenas se fueron.

—Elliot... ¿Sucedió algo?

Preguntó Jess un poco preocupada a Elliot, ya que nunca lo había visto con ese tipo de expresión.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora