Conociendo a Grace Evans.

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Grace

Las tardes en otoño son frias. El aire agita los árboles con fuerza y las hojas caen al suelo. Por fin he llegado a mi destino, el antiguo anfiteatro de la ciudad. Cuando me siento mal suelo venir aqui con un cuaderno y escribo todo lo que no soy capaz de expresar abiertamente hacia los démas, es decir, mis sentimientos. Desde que mis padres murieron, me cerré hacia las personas que me rodeaban como a mis amigos más cercanos. La única amiga que tengo es Dana, con quien crecí en el centro de acogida de mi ciudad. Cuando llego al lugar hay un par de familias haciéndose fotos con sus hijos en las ruinas de este viejo y hermoso lugar, cosa que yo nunca he podido hacer.
Miro la hora en el movil, en 45 minutos entro a trabajar asi que tengo algo de tiempo para escribir. De camino a casa, llamo a Dana para preguntarle un par de cosas sobre la quedada del viernes.
-¿De verdad tenemos que ir a la discoteca después de la cena? -pregunto cansada -sabes perfectamente que no me gusta salir de noche, y mucho menos a una discoteca donde la gente se emborracha y te vomita en los zapatos.
-Solo será una noche, Grace. Dale una oportunidad. -me suplica Dana al otro lado del teléfono.
-Que no y punto.
-Joder, que aburrida eres algunas veces.
-No soy aburrida, lo único es que no me apetece llegar a las tantas de la madrugada a mi casa borracha por lo suelos, echar la pota en el suelo de mi piso y a la mañana siguiente tener resaca.
-Bueno, tu misma. ¿vas de camino al trabajo?
-No. Voy a casa a por mis cosas, entro en 15 minutos. Trabajar en una librería es lo mejor que me ha podido pasar en la vida.
-¿Te gusta trabajar allí solo por que te dejan llevarte todos los libros que quieras?
-Soy lectora, que te esprabas. Pero también me gusta trabajar allí porque me llevo muy bien con mi compañera y las tardes se me hacen más amenas. Aparte van chicos de nuestra edad la mayoría de las tardes y hay algunos que estan buenísimos.
-Y tu sigues pensando que las relaciones en la vida real son como las de los libros.
-Pues sí. Y pienso que deberían ser asi, es que ¿quién no se enamora de un personaje literarío?
-Yo.
-Y luego soy yo la aburrida.
-Sí.
-Bueno te dejo, que me voy a cambiar.
-Nooo, pon el altavoz porfaa.
-Vaaaaale. Por cierto, ¿Tú no ibas a quedar con Jake en un rato?
-¡Hostía es verdad! Gracias por recordármelo. ¿Qué haría yo sin tí?
-No lo sé, probablemente no sabrías ni en el día en el que vives. Oye, te tengo que dejar es que voy a coger el metro.
-Vale, no te preocupes. Te quiero y lo sabes.
-Si, lo sé. Y yo también te quiero. Adiós.
-Chao.
Cuando cuelgo la llamada con Dana paso la tarjeta y subo al metro, hay mucha gente asi que prefiero ir de pie. El trayecto se me hace un poco más largo de lo habitual, ya que me he dejado los auriculares en casa y sin música, el tiempo se pasa más lento. Cuando llego, Shopie, mi compañera está abriendo la librería.
-Hola -la saludo.
-Hola, ¿qué tal? -me responde con una sonrisa-. Oye, ¿puede ser que te viera con Dana el otro día?
-Puede ser, es mi mejor amiga. Pero ¿de qué la conoces?
-¿Pues no és la novia de Jake? -me pregunta.
-Sí, están saliendo, ¿porqué?
-Es que Jake es mi primo.
-¿Estarás de coña, no? -pregunto sorprendida. ¿Cómo es qué Dana no me ha contado nada de esto?
-Pues no, no estoy de coña.
-Pues no se que decir, supongo que eso ¿es bueno?
-No se depende como te lo tomes -comenta y después entramos en la librería.
La tarde se pasa algo lenta, los jueves no suele venir mucha gente y la mayoría de las personas que entran son para reservar libros en internet por que no los tenemos en la tienda. Mientras atiendo a una chica para cobrarle los libros que ha escogido, oigo la campanita de la puerta y hace que me gire para ver quien entra.

CUANDO NO QUEDE MÁS MÚSICA EN LOS LIBROS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora