Epifanías

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A menudo pienso en lo que habría pasado si él y yo hubiésemos nacido unas décadas después. Creo que ese hecho lo hubiese cambiado todo. Tal vez podríamos habernos aceptado desde un principio. Pero al mismo tiempo tengo este tonto miedo de que no nos hubiésemos conocido.

Él no hubiera estado usando esos ridículos zapatos, no habríamos cruzado palabra, Blur nunca hubiese tenido éxito.

Las cosas son como son.

Porque saben, ese es mi gran problema. Nunca fui capaz de conformarme con el presente. Mi mente sólo sabe funcionar hacia adelante, o hacia atrás en este caso. Él lo sabía. Sabe tantas cosas. En parte creo que eso es lo que lo decepcionó de mí. El hecho de que no pudiera ser capaz de concentrarme en el momento, el aquí y ahora. O tal vez eso es lo que lo hizo enamorarse de mí.

De cualquier manera, es demasiado tarde para nosotros ahora a pesar de toda la aceptación. Los titulares están en mi cabeza "Después de casi 30 años, el secreto de Damon Albarn y Graham Coxon sale a la luz" "Blur o la historia de un amor escondido entre escenarios". Oh, la prensa lo amaría. Pero no tendríamos un momento de paz.

Supongo que es algo a lo que debería haberme acostumbrado, fui yo el que deseó la fama, mucho tiempo atrás. Pero sería invasivo, casi destructivo tener a todas esas personas husmeando en nuestro pasado y especulando con nuestro futuro. Y nuestras hijas. Su Pepper y mi Missy. Creo que de algún modo lo sospechan, como miles de personas lo sospecharon en su momento. No es algo que me podría permitir ahora.

Pero entonces caigo en la cuenta de que siempre fui atraído hacia el misterio. Algo acerca del hecho de escondernos, los besos robados a centímetros de donde alguien pudiera habernos descubierto, la convicción de que sólo yo conocía las partes más oscuras de él. No podría haber funcionado de otra manera para nosotros.

Ahora él está mirándome, del otro lado de la sala de grabación. Me pregunta en qué estaba pensando, que parezco estar en otro mundo. Sus ojos marrones intentando descifrar lo que hay detrás de los míos.

'No' le contesto 'estoy justo aquí y ahora'. Y por primera vez, es cierto, y la sensación envía tiras de felicidad a mi cerebro.

Él sólo sonríe.