Yoko alegró el comienzo de mi día dándome un buen sexo mañanero.
No había podido resistirme y me dejé llevar por sus encantos femeninos. Había quedado complacida, envuelta en las sábanas de la cama y con las piernas ligeramente temblorosas.
—¿Vas a salir hoy en la tarde? —formulé la pregunta mientras acomodaba mi corbata y asomaba mi cabeza desde el armario hacia la cama donde ella seguía acostada.
—Tengo que ir con Kyoko a una cita médica —me dijo ella—. ¿Por qué?
—Es que no hay nadie que pueda buscar a Julian hoy de la escuela.
Desaparecí de la vista de Yoko antes que ella me lanzara una de sus miradas de fastidio.
—Pero no te estoy diciendo que vayas a buscarlo —anticipé. Estaba casi seguro que iba a protestar por eso—. Sólo es un comentario. Además, se que Julian preferiría quedarse a dormir en la escuela antes que tú lo lleves a casa.
—Es un niño grande. —La escuché decir—. Tiene diez años. Puede cuidarse solo.
—Aún así sigue siendo un niño y no puede regresar a casa solo.
—¿Y por qué no lo cuida su madre?
—Está de viaje.
—Sigo sin entender qué le viste a esa mujercita.
Tomé una bocanada de aire, al tiempo que pasaba mi mano por mi cabello para peinarlo. En realidad aquello era más rutina que necesario: mantenía mi demasiado corto, tanto, que realmente no necesitaba ningún peine.
—No empieces... —le dije—. No quiero ir al trabajo enojado contigo.
—Fue un tremendo error. No hubieras tenido a Julian si no te hubieras involucrado con esa mujer.
—Ya hemos hablado de eso. Y que no te escuche Julian decir eso —añadí.
Me quedé en silencio mientras aplicaba perfume en mi cuello. Rasqué mi mentón mientras miraba en el espejo mi barba relativamente escasa y di por finalizada mi rutina cuando me puse el traje.
—John...
Yoko se había recostado en la puerta del amario, de brazos cruzados, con cabello alborotado y en ropa interior.
—¿Mmh? —pregunté, colocándome las gafas.
Pronto la imagen de Yoko resultó un poco más nítida.
Caminó hacia mí, envolvió mi cuello entre sus brazos y volvió a besar mis labios.
—Te amo. Piensa en mí mientras estás en tu trabajo, ¿okey?
—Mmh, seguro sí. Siempre lo hago.
Me besó con dulzura haciendo que nuestras lenguas juguetearan lentamente mientras que mis manos recorrían su cintura.
Yoko se separó de mí con una sonrisa cuando notó mi bulto en la entrepierna.
—Eres insaciable. Es lo que me gusta de ti...
—Me gustaría, pero tengo que irme al trabajo.
Volví a besarla, esta vez mientras caminaba hacia la salida de la habitación. A pasos torpes me conduje con ella en mis brazos hasta la puerta, intentado abrirla sin separarme de sus labios.
—Asco, papá.
Me separé rápidamente al escuchar la voz de mi hijo. Yoko se ocultó tras la puerta y asomó su rostro para dedicarle una mirada de molestia.
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Once in a Lifetime ➳ McLennon
FanfictionUna vez en la vida está bien cometer errores. Una vez en la vida está bien enamorarse por primera vez. Se prohíbe su copia y/o adaptación. Todos los derechos reservados. Fecha de inicio: 03.09.2024 Fecha de culminación: