Capitulo 20: Combate

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Narración de Briana

Ya casi es diciembre, y mi cumpleaños está a la vuelta de la esquina. Pero ahora mismo, eso no importa. Liliana nos observa de pies a cabeza, con la misma mirada fría de siempre. Los trajes negros que nos dieron para entrenar están desgastados después de tanto uso, pero son lo único que nos protege del frío.

Nuestras mascotas (conejos) se quedan en nuestras habitaciones mientras entrenamos.

—¡Quiero ver lo que han aprendido! —dice Liliana, su voz baja, pero firme—. Van a luchar cuerpo a cuerpo contra quien yo elija. Y no quiero que se detengan hasta que vea sangre.

Han sido cuatro meses de combate y entrenamiento sin descanso, y estoy en la parte más baja de la tabla de posiciones. Solo los cincuenta mejores pasan al rango Beta, y yo necesito sumar puntos, muchos puntos. A Lía le va mejor en combate que a mí no lo sé.

—Las primeros en pelear: Torres y Ricci —anuncia Liliana.

Lía me mira con confianza, como si supiera que va a ganar. Ella es fuerte, pero Ricci parece imperturbable. Sube al cuadrilátero con una tranquilidad que me pone nerviosa. Ambas se miran, como si intentaran descifrar a su oponente antes de que empiece la pelea.

—Comiencen.

Lía ataca primero, lanzando golpes rápidos, pero Ricci los esquiva sin esfuerzo. Lía logra conectar un golpe en su mandíbula, pero Ricci apenas retrocede antes de devolverle el favor con una patada en el estómago. Lía se tambalea, y Ricci aprovecha para lanzarle un puñetazo en la nariz, haciendo que la sangre brote de inmediato.

—Ganadora: Valeria Ricci —dice Liliana.

Ricci, sorprendentemente, ayuda a Lía a levantarse y la baja del cuadrilátero. Corro hacia ellas, preocupada.

—¿Estás bien, Lía? —pregunto.

—Sí, tranquila, estoy bien —responde Lía, presionando una bolsa de hielo contra su nariz ensangrentada.

—Fue una buena pelea —dice Ricci, con un leve acento que no logro identificar.

No todos aquí son fríos. Qué sorpresa.

—Es parte del entrenamiento —responde Lía, sonriendo a pesar del dolor.

—Siguiente pelea: García y Petrov —anuncia Liliana.

Lía me da una palmada en la espalda. Trato de no pensar en lo que viene. Subo al cuadrilátero y me encuentro frente a Petrov, rubia, ojos verdes, algo más alta que yo. Su mirada es intensa, como si ya supiera cómo va a ganar.

No puedo perder.

—Comiencen.

Petrov se lanza hacia mí, pero esquivo su ataque y le doy un golpe en la clavícula. Retrocede, sorprendida. Sigo atacando, pero de pronto me toma por la espalda y me lanza contra su rodilla. El dolor me corta la respiración, pero no me rindo. Le doy una patada en la pierna, haciéndola caer. Aprovecho y la tomo por el cuello, apretando hasta que no tiene otra opción que pedir que me detenga.

—¡Suficiente! —grita Liliana.

—Buen trabajo, García —dice Liliana, con algo de aprobación en sus ojos.

Intento ayudar a Petrov a levantarse, pero ella me aparta, furiosa, y baja del cuadrilátero sin decir una palabra.

—Briana, estuviste increíble —dice Lía, emocionada.

—Nada mal, García —añade Ricci.

—¿Prefieres que te llame Valeria o Ricci? —le pregunto, tomando valor.

No somos los mismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora