Capítulo 8: Un Despertar Aterrador

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Capítulo 8: Un Despertar Aterrador

Rachel abrió los ojos de golpe, jadeando y sintiendo el frío sudor corriendo por su frente. La música de la fiesta retumbaba en sus oídos, y las luces intermitentes parpadeaban a su alrededor. Estaba de vuelta en la casa donde todo había comenzado. A su alrededor, los invitados seguían bailando y riendo, como si nada hubiera pasado.

"¿Una pesadilla?", pensó, su mente aún luchando por procesar lo que acababa de experimentar. Todo había sido tan real: el refugio, los sobrevivientes, la oscuridad... y esa criatura con su risa siniestra. Rachel sentía el terror todavía aferrado a su pecho, como una garra que no la dejaba respirar.

Se miró las manos temblorosas, intentando calmarse. Marilyn estaba a su lado, riéndose de algo que un chico del equipo de fútbol acababa de decir. Rachel la miró fijamente, tratando de entender si todo había sido producto de su mente o si había algo más en juego.

—¡Rachel! —llamó Marilyn, dándole un empujón suave en el brazo—. ¿Estás bien? Pareces haber visto un fantasma.

Rachel forzó una sonrisa, pero su voz salió quebrada. —Sí... solo... me siento un poco mareada. Tal vez solo necesito un poco de aire fresco.

Marilyn la miró con preocupación. —¿Quieres que te acompañe afuera?

Rachel negó con la cabeza. —No... estoy bien. Necesito un momento sola.

Se levantó lentamente, sintiendo como sus piernas temblaban ligeramente, y caminó hacia la puerta trasera de la casa. Cada paso que daba, sentía como si estuviera atravesando una neblina densa, su mente aún atrapada entre la realidad y lo que había sentido en esa pesadilla.

Al salir, el aire frío de la noche la golpeó, aclarando un poco su mente. Se apoyó contra la pared, respirando profundamente. ¿Qué demonios había pasado? ¿Todo había sido un sueño? Pero entonces, ¿por qué se sentía tan real, tan vívido?

De repente, su teléfono vibró en su bolsillo, rompiendo el silencio de la noche. Rachel se congeló. La vibración era intensa, persistente. Se atrevió a mirar la pantalla.

El número que aparecía era uno que no reconocía. Su mano temblaba mientras lo sostenía, el miedo en su interior creciendo con cada segundo que pasaba.

"No, no puede ser...", pensó. Pero el número seguía vibrando, insistentemente.

—No puede ser real... —murmuró, tratando de convencerse. Pero el sonido de la vibración era ensordecedor, como si el teléfono estuviera vivo.

Rachel miró a su alrededor, buscando alguna señal de que todo estaba en su cabeza. Pero el jardín estaba desierto. Los arbustos se mecían suavemente con la brisa nocturna, y las luces de la casa brillaban detrás de ella. Todo parecía... normal.

Excepto por el teléfono que seguía vibrando en su mano.

Finalmente, incapaz de resistir más, respondió la llamada.

—¿Hola? —dijo con voz trémula.

Un silencio mortal respondió del otro lado de la línea, seguido por una risa suave, casi como un susurro. La misma risa que había escuchado en su pesadilla.

Rachel sintió una oleada de terror, pero entonces recordó el cántico que el señor le había dicho en su última visión. Casi sin pensarlo, comenzó a recitarlo.

—"Omnia obscura, revenire ad nihilum..." —pronunció con voz temblorosa, repitiendo las palabras que había oído con tanta urgencia.

Esperó. Un segundo. Dos. Tres. Pero nada sucedió. No hubo destello de luz, no se sintió ningún cambio en el ambiente. Solo el mismo silencio helado del otro lado de la línea.

La risa volvió, más fuerte esta vez, resonando con una maldad palpable.

—¿En serio creíste que eso serviría? —dijo la voz, burlona—. He vivido por siglos, y una simple niña como tú no me acabará. ¿De verdad crees que estas personas te ayudarían? Solo eran peones para atraerte a mí.

De repente, todas las personas de la fiesta comenzaron a desvanecerse en la oscuridad, uno por uno, como sombras disueltas por la luz. Rachel sintió su estómago retorcerse en un nudo de terror.

—No... —murmuró, casi sin aliento—. Esto no puede ser...

Entonces, todo se apagó. La oscuridad la envolvió por completo.

Rachel despertó de nuevo, esta vez de pie en medio de la pista de baile, en la fiesta. Todo era como antes... pero ahora sabía que no era un simple sueño.

Había sido real. Y la verdadera pesadilla acababa de comenzar.

"Ring Ring es tu fin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora