𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐀𝐒𝐊

NERVOUS-21

JENNIE’ S POV

“¡Estúpida lluvia, ugh!”

Gruñí y caminé bajo un árbol para refugiarme de la lluvia. Estaba completamente empapada.

“¿Acaso puede pasarme algo peor?”

Me apoyé en el robusto árbol y empecé a buscar mi teléfono móvil en mi bolso, cuando de repente sentí una mano firme jalonear mi bolso. Inmediatamente, hice fuerza para retener mi bolso y levanté la vista, encontrándome con un hombre encapuchado que parecía intentar robarlo, o al menos esa fue mi impresión. Su mano pasó de mi bolso a mi muñeca, y el hombre me tiró con fuerza hacia él.

“Ahhh, aléjate de mí.”

Grité en un intento de apartarlo. Colocando una de mis manos en su pecho, traté de distanciarlo, pero resultó en vano, ya que su otra mano se cerró fuertemente alrededor de mi cintura.

“Alguien te manda saludos, princesa.”

Dijo el hombre, acercándose más.

“¡Ayuda!”

Grité cuando me di cuenta de que no era mi bolso lo que estaba intentando robar.
De repente, escuché un fuerte ladrido que parecía provenir de ninguna parte. Sentí que el agarre del hombre había desaparecido y, al voltear, me encontré con un gran perro negro encima de él. El hombre se había llevado mi bolso y todas mis pertenencias de un jalón.

“Love, ¿qué haces? ¡Perro malo, ven aquí!”

Una voz que me resultaba extremadamente familiar capturó mi atención de inmediato. Era Lisa. Observé con asombro cómo, en cuestión de segundos, le puso la correa a su perro y, con un solo y decidido tirón, lo apartó del hombre que se encontraba tirado. Lo que realmente me tenía en estado de shock no era el acto del robo, sino la fuerza que ella demostró al mover a ese enorme y robusto perro con un solo gesto. Las venas de sus manos estaban marcadas con fuerza, evidenciando la intensidad con la que ejercía presión sobre la correa.

En ese instante, el hombre se levantó con esfuerzo y comenzó a correr, lo que provocó que mi teléfono móvil cayera al suelo de forma abrupta. Se alejó rápidamente con mi bolso en la mano.

“¡Mi bolso! ¿Por qué lo dejaste ir? Ese maldito se robó mi bolso.”

Lisa se dio la vuelta y me miró con asombro; al parecer, estaba tan enfocada en la extraña situación que no se había dado cuenta de que yo estaba presente.

“¿Señorita Kim?”

Lisa habló, pero en ese momento su perro ladró y se escapó corriendo, soltándose del agarre de la correa. Al parecer, persiguiendo al hombre.

“¿Manoban?”

“¿Qué haces aquí?”

“Estaba de paseo con mi perro, ¿Estás bien?”

Se acercó y posó su mano en mi hombro. Nuestros miradas se cruzaron, y en ese instante, sentí que mi alma se derretía. La manera en que ella se preocupaba por mí era realmente otra cosa. 

“Estoy bien, pero ¿Por qué lo dejaste ir? Se llevó mi maldito bolso.”

Ella desvió su mirada de mí hacia la dirección en la que había desaparecido el hombre, y luego bajó la vista al suelo. Tras dar algunos pasos, recogió mi celular, que había caído en el lodo. Con un sencillo gesto, limpió el barro con la manga de su suéter, sin preocuparse de que esta se manchara casi por completo.

“¿Qué haces? Eso es asqueroso.”

Fruncí el ceño, mostrando una cara de asco.

“Lo siento, no sabía que él te estaba robando.”