࣪𓏲ּ ⌗ 𝗠𝗜𝗖 ˑ ִ ֶ | La vida de Emma se resumía en dos cosas: escribir y cuidar a su hija Lucia. Sus día a día parecían tan simples hasta que Carlos Sainz, el piloto favorito de su hija, apareció en sus vidas. Solo eran ella, su hija y ahora C...
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El llanto de Luci se hizo presente en toda la casa provocando que Emma se levantará lo más rápido posible de su cama para ir a la habitación de su hija. Sus cabellos se pegaban a su rostro por la transpiración, las lágrimas caían por sus ojos aún cerrados; estaba soñando y no era algo bonito.
Las pesadillas solían ser algo común en la pequeña, tanto ella como Emma luchaban contra eso la mayoría de las noches por no decir todas. No importaba que tan bien se durmiera, o cuantas sesiones tuviera con la psicóloga, las pesadillas no disminuían. Era siempre la misma rutina a la misma hora.
2:30 a.m.
Emma ingreso a la pieza de su hija, prendiendo la lámpara de noche reflejando estrellas en el techo del lugar para proceder a despertar a Luci.
—Hija... Cariño... Despierta... —llamo, sacudiendola levemente, pero seguía llorando dormida. —Ya despierta... Es solo un sueño, no es real.
Aunque alguna vez lo fue, ahora no era real.
Unos llamados después y con Emma casi entrando en desesperación Luci logro despertar, llorando aún más fuerte al ver a su mamá frente a ella, lanzandose a sus brazos en busca de protección.
—Mami no quiero volver... —dijo la pequeña entre llanto negando una y otra vez con la cabeza.
—Esta bien cariño, no volveremos... —Susurro calmada acariciando su cabello y espalda.
Carlos, que se había levantado abruptamente al escuchar a la niña llorar estaba parado en el marco de la puerta sin atreverse a interferir en la situación, pero con la preocupación y confusión clara en su rostro. Solo se quedó parado ahí hasta que Lucia volvió a dormir tranquila aún diciendo que no quería volver, y que no lo quería ver ¿Pero a quien?
—Carlos. —Nombro algo asustada la castaña, no sabía que estaba ahí.
El hombre despegó la mirada de la niña para ver a Emma. De alguna forma u por alguna razón, el verla llorar le hacia doler el corazón.
—¿Está todo bien? —pregunto, aunque claramente pareciera lo contrario.
Emma se veía afligida y cansada, tenía cara de querer hundirse en la tierra, y es que eso quería en realidad. Lo último que quería es que una persona más se enterara de aquel asunto, o peor aún, que sintiera lastima y preocupación por ellas. Lastima era lo último que Emma quisiera que sintieran por ella o su hija.
—Si, esta todo bien, solo fue una pesadilla.. —Simplifico ella apagando la luz de noche para salir del cuarto. —Lamento que te haya despertado, puedes usar la cama para seguir durmiendo, el sillón debe ser incomodo.
