El secreto que esconden las cenizas

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Do-yun: Ya terminé de bañarme. Voy a organizar las cosas que necesito llevar mañana a la universidad para poder dormir un poco más.

Yi Jun: Está bien, yo voy a tomar mi baño y luego regresaré para que puedas descansar tranquilo.

Do-yun: Perfecto. Me quedé un rato sentado en la cama, reflexionando sobre la vida de mi padre y preguntándome dónde estaría, ya que mi madre a veces llora por su partida sin ninguna explicación.

Yi Jun: Ya estoy listo para dormir Do-yun vete a la cama de inmediato.

Do-yun: Esta bien pero por favor duerme conmigo tan solo por hoy como la hacíamos antes si, Yi Jun lo dudo por un momento pero luego acepto dormir conmigo.

Me quede dormido de inmediato, pero mi cuerpo se sentía extraño y mi cabeza daba vueltas.

De repente, comencé a escuchar unos gritos muy fuertes y extraños en mi mente que me decían: Príncipe Do-yun, por favor, despierta. No te duermas, tienes que protejer la rosa de cristal.

Príncipe Do-yun, rápido, despierta, la rosa está en peligro. Me desperté rápidamente, ansioso, y me asusté al notar que Yi Jun no estaba a mi lado, así que bajé rápidamente a la sala.

Para mi sorpresa, encontré a Yi Jun transformado en su forma espiritual, rodeado de otros espíritus extraños, en medio de un tipo de enfrentamiento.

Yi Jun: Do-yun, por favor, sal de aquí y cuida a tu abuela mientras la señora del campo llega para ayudar.

Salí corriendo de inmediato para ir por mi abuela, pero en cuestión de segundos, un espíritu la atacó y la hirió en el brazo izquierdo. En ese instante, vi mi vida desfilar ante mis ojos en cámara lenta.

Mi frecuencia cardíaca se disparó en cuanto vi a mi abuela herida; sentía que mi cabeza iba a estallar, como si una energía desconocida fluyera desde mi interior. Mis manos estaban cálidas y, de repente, sentí como si algo emergiera de ellas.

Miré apresuradamente mis manos y me di cuenta de que de mi mano derecha salía fuego, mientras que de mi mano izquierda brotaba una rosa, y si era la misma rosa de cristal que mi madre solía conservar como un verdadero tesoro.

Continuará.

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