Celos insignificantes
Hailey
Me froté la cara con ambas manos y me incorporé lentamente.
Entonces al ver la habitación en la que estaba, recordé que no dormí en casa anoche.
Luego escuché que alguien tocaba la puerta, me giré para ver quién era. Jules entró con el cepillo de dientes en la boca y me saludó con la mano.
—Hola, —Sonreí. —no te he visto en toda la noche.
Ella se acercó al baño y tras escupir la pasta de dientes y lavar se la cara, me miró algo avergonzada.
—Siento haberte dejado sola...
Suspiré y me puse de pie, mientras me hacía una coleta para estar menos despeinada.
—No pasa nada. —murmuré.
Jules se tumbó sobre la cama mientras yo me dirigía al baño.
Después de lavarme la cara y los dientes bajé al primer piso.
Cuando llegué Liam ya estaba en el salón, desayunando tranquilamente.
Me acerqué y lo saludé, para luego robarle el vaso de agua.
—¿Has dormido bien? —Preguntó.
—¡Como un bebé! —Chilló Jules desde las escaleras.
Reí, hasta que vi a Margot aparecer justo detrás de ella.
Se masajeaba la frente molesta.
—Como odio la resaca después de una buena fiesta. —Murmuró en voz baja.
—La próxima vez podrías beber menos. —Le recomendó su novio, entré risas, mientras se acercaba para darle un beso en los labios. —Hay aspirinas sobre la mesa, cariño.
Joder, como gustaría a mí tener una relación como la suya.
Que suerte tienen las personas con buena comunicación y que se quieren mutuamente, de la misma manera.
Suspiré y me senté al lado de Liam, y su novia me miró tras tragar se un pastilla.
—Ah, hola Hailey. —Dijo tan tranquila, pero luego se dio cuenta de que algo no estaba bien y abrió los ojos como platos. —Maldita sea, ¡Hailey! Lo siento mucho... ayer te prometí que te dejaría en casa... Joder, no tendría que haber me emborrachado así.
Pude ver el arrepentido en su cara y simplemente le sonreí y le di unas palmaditas en el hombro, para que no se sintiera tan culpable.
Cometer errores así era de humanos, no quería torturar la por ello.
El momento de reflexión fue interrumpido por el ruido de mi estómago.
Mierda. Todos se giraron a mirar me. Que vergüenza.
Jules miró a su primo furiosa.
—Llevas media hora aquí, ¿y no se te ha pasado por tu gran cabezón, preguntar le a Ly, que quiere comer?
Él reaccionó de inmediato y me dio un plato com tortitas.
No pude negar me, ya que moría de hambre.
Cuando me llevé el primer trozo a la boca, no pide evitar mirar a Liam sorprendida.
Estaban riquísimas.
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Solo tú
Romance¿Cómo puede una persona cambiar tu mundo y tu forma de verlo? Eso solo pasa en las películas malas de romance. Para Hailey Stone el amor supone la vulnerabilidad Y dolor. Cada persona a la que alguna vez quiso no hacia más que aprovechar se de esa...