3- [<¿A dónde voy?>]

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[…]

Desde ese lunes mis padres han estado muy sentimentales, siempre me llenan de mimos y me compran mucha ropa. Me repiten que no me puedo quitar el collar hasta estar frente a un tal Aithor.

Actúan tan raro, ya no son esa pareja amorosa que yo siempre vi, casi no los reconozco.

— ¿A dónde voy? –veo a mi madre haciéndome la maleta y me siento en la cama.

— ¿Recuerdas lo que te dijo aquella mujer? –asiento–. Pues eso, vas a ir a una academia.

— Pero ya voy a una, ahí están mis amigas y todos los que conozco desde niña.

— Ahora las cosas cambiaron cariño.

Hubo un momento de silencio y me armé de valor para preguntar más cosas, indagar en motivos, aún había mucho que no comprendía.

— ¿Que pasó con vosotros? Ya no os dais amor, ni os decís cosas bonitas –mi madre suspiró y tomó mis manos entre las suyas.

— Tú padre y yo nunca nos hemos amado, nunca hemos sido pareja, le prometimos a tú padre y a tú madre el día que naciste que te entregaríamos nuestra espada y si era necesario daríamos la vida por tí.

— ¿Y que pasó con mis padres? –la miro a los ojos y está a nada de llorar.

— Ellos...

Detuvo su oración y luego de unos segundos papá entró y se miraron de forma que nuevamente no entendí.

— Date una ducha y cámbiate, vamos a dar un último paseo por este lugar –me acaricia el brazo y se marcha luego de cerrar la maleta que se lleva consigo.

Me tiré hacia detrás y me quedé mirando el techo unos minutos, pensando. Mi vida va a cambiar en menos de 24 horas.

¿En qué cabeza cabe?

«Mis propios padres se han inventado una historia para deshacerse de mí»

Aunque no sé si creerlo, hay cosas que sí concuerdan, esas voces aquella noche, y ellos... ya no sé qué pensar. Entré al baño y dejé que el agua fría se llevara todos mis pensamientos.

Cambiada bajé y ellos me esperaban en la puerta. Salimos y fuimos a muchos lugares divertidos, visitamos sitios que solo había visto en fotos donde fuimos cuando era pequeña.

Al final del día me la había pasado genial, íbamos en coche por el bosque. La luna se estaba dejando ver y papá aceleró, pensé que no sería buena idea, no se veía casi nada.

Llegamos a un sitio en la carretera donde había un tronco caído en medio de la vía, por lo que dejamos el auto y echamos a andar.

«¿Me van a matar?»

Caminamos durante casi una hora, olía raro algunos lugares, ví esqueletos de personas con armas muy diferentes a las que conozco incrustadas. Todo estaba muy oscuro, mis padres no llevaban linternas, parecía que conocieran muy bien el camino.

Mi madre me llevaba de la mano, mientras que mi padre iba a delante con mi maleta y otro maletín de gusano que no sé cuándo lo cogió.

Llegamos frente a un lago, estaba hermoso, la luz de la Luna reflejada, las luciérnagas y las estrellas parpadeantes.

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