Capitulo 14 (borrador)

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Relata Zoe:

Después de la visita de Dylan, no pude conciliar el sueño. Mi mente estaba inundada de pensamientos y emociones que no podía controlar. Sabía que el camino hacia la recuperación no sería fácil, pero también sentía que ya no podía seguir ignorando mis problemas.

Al día siguiente, me desperté temprano, sintiendo el peso de la noche anterior sobre mis hombros. Me miré en el espejo y por primera vez en semanas, realmente me observé. Mi piel estaba pálida, mis ojos, rodeados de ojeras, apenas tenían brillo, y mi cuerpo se había vuelto delgado, casi frágil. La chica que veía frente a mí era una sombra de la que solía ser, pero también era alguien que quería dejar de ser.

Mientras me vestía, tomé una decisión. Tenía que hacer algo diferente, romper el ciclo de autodestrucción en el que había caído. Me recordé a mí misma las palabras de Dylan y decidí que lo primero que haría sería llamar a la psicóloga que el médico me había recomendado. Tomé el número de mi bolso, donde lo había guardado días atrás, y lo ingresé en mi teléfono. Sentí un nudo en el estómago mientras esperaba que respondieran.

Una voz suave y profesional respondió al otro lado.

—Hola, ¿cómo estás? Soy Zoe... el doctor me dio tu número —dije, mi voz temblando un poco.

—Hola Zoe, un gusto escucharte. Estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. ¿Te gustaría que programemos una cita para hablar? —respondió la psicóloga con un tono tranquilizador.

—Sí, por favor. Creo que lo necesito —admití, sintiendo una extraña mezcla de alivio y ansiedad.

Acordamos vernos la semana siguiente. Al colgar, sentí que había dado un paso gigantesco, aunque todavía no estaba segura de si realmente podría abrirme a alguien más sobre lo que estaba pasando.

Relata Brenda:

Zoe había estado tan distante últimamente, pero hoy algo era diferente. Cuando la vi en el pasillo, noté un pequeño cambio en su expresión, como si algo dentro de ella hubiera despertado. No era mucho, pero después de semanas de verla hundida en la oscuridad, cualquier cambio era una señal de esperanza.

—¡Zoe! —la llamé, alcanzándola en su casillero. Ella se giró hacia mí, con una ligera sonrisa en su rostro.

—Brenda, hola. —Respondió con un tono más animado que antes.

—¿Cómo estás? Ayer parecía que tenías algo en mente —dije, tratando de no sonar demasiado entrometida.

—Estoy mejor. Decidí que voy a buscar ayuda —confesó ella, bajando la mirada, pero no antes de que pudiera ver la sinceridad en sus ojos.

Me quedé un momento en silencio, sorprendida y aliviada al mismo tiempo.

—Eso es increíble, Zoe. Estoy orgullosa de ti. Sabes que estoy aquí para lo que necesites, ¿verdad? —dije, sonriendo de oreja a oreja.

Ella asintió, y por un instante, la Zoe que conocía parecía estar de vuelta.

—Gracias, Brenda. No sé qué haría sin ti —respondió, y aunque sus palabras eran simples, sentí que eran genuinas.

Relata Dylan:

En el aula, no podía dejar de pensar en la conversación con Zoe. Había visto su sufrimiento, y por primera vez en mucho tiempo, me sentía impotente. Mi vida siempre había estado bajo control, o al menos eso creía, pero Zoe me había mostrado que había aspectos de mi existencia que también necesitaban ser confrontados.

Al final de la clase, me acerqué a Zoe. Ella levantó la vista de su cuaderno y nuestros ojos se encontraron.

—¿Cómo estás hoy? —le pregunté, queriendo asegurarme de que se sentía mejor.

—Un poco mejor. Tomé la decisión de buscar ayuda —dijo ella, sorprendiendo tanto como aliviando mi corazón.

—Eso es lo mejor que podrías hacer. Estoy aquí si necesitas hablar o cualquier otra cosa —le dije, tratando de ofrecerle un apoyo que fuera sincero, pero sin cruzar ninguna línea.

Ella asintió, y por un momento, vi un atisbo de la joven fuerte y decidida que había conocido al principio del año.

—Gracias, profesor. Lo aprecio mucho —respondió antes de recoger sus cosas y salir del aula.

Verla tomar ese primer paso hacia la recuperación me dio esperanza, no solo para ella, sino también para mí. Ambos teníamos nuestras propias batallas internas, y tal vez, de alguna manera, podríamos ayudarnos mutuamente a superarlas.

Relata Zoe:

Los días pasaron con una mezcla de ansiedad y calma. Sabía que había tomado la decisión correcta, pero la incertidumbre sobre lo que vendría a continuación me ponía nerviosa. Al final de la semana, cuando llegó el día de mi cita con la psicóloga, sentí que todo mi cuerpo estaba tenso.

Al llegar a la consulta, mi mente corría a mil por hora. Entré en la oficina de la psicóloga, un lugar acogedor, con muebles cómodos y una atmósfera tranquila. Me saludó con una sonrisa cálida y me invitó a sentarme.

—Zoe, me alegra que estés aquí. Este es un espacio seguro para hablar de lo que quieras, sin juicios —dijo, abriendo la sesión con una calma que me tranquilizó un poco.

Comencé a hablar, primero de manera vacilante, pero poco a poco, las palabras empezaron a fluir. Hablé de mis padres ausentes, de la presión de la escuela, de mis sentimientos por Dylan y de cómo todo eso había llegado a un punto de quiebre. La psicóloga escuchaba atentamente, haciendo preguntas suaves y ofreciendo reflexiones que me ayudaron a ver las cosas desde una nueva perspectiva.

Al final de la sesión, sentí una mezcla de alivio y agotamiento. Era como si hubiera descargado un peso enorme de mis hombros, pero al mismo tiempo, sabía que aún tenía mucho trabajo por delante.

—Lo hiciste muy bien hoy, Zoe. Este es solo el comienzo, y estoy aquí para acompañarte en cada paso del camino —dijo la psicóloga, despidiéndome con otra sonrisa alentadora.

Salí de la consulta con una nueva sensación de determinación. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesta a intentarlo. Dylan, Brenda y ahora mi psicóloga formaban un pequeño equipo de apoyo que me daba fuerza para seguir adelante.

Mientras caminaba de regreso a casa, el sol se estaba poniendo, y por primera vez en mucho tiempo, aprecié la belleza del cielo anaranjado. No estaba completamente bien, pero había comenzado a sanar. Y eso, para mí, era un gran paso en la dirección correcta.

Quemada por la pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora